martes, 21 de diciembre de 2010

VIII FESTIVAL DE MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ

EXCELENTE PROGRAMA, EXCELENTE ORQUESTA

Por Jesús Sánchez-Ferragut



ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA
Piano JAVIER PERIANES
Director ALEJANDRO POSADA
Programa:
I Impresión Nocturna de Andrés Gaos; Concierto nº para piano y orquesta de Fréderic Chopin.
II Diez melodías vascas de Jesús Guridi; Santa Cruz de Pacairigüa de Evencio Castellanos.
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 28 de noviembre de 2010. Asistencia: Más de ¾ aforo
Calificación: *****

La Orquesta Ciudad de Granada fue la encargada el pasado domingo 28 de cerrar el VIII Festival de Música Española de Cádiz. Sobre el papel, el concierto ya despertó mi curiosidad por la primera y la última de las obras: Impresión Nocturna del gallego nacionalizado argentino Andrés Gaos y por Santa Cruz de Pacairigüa del venezolano Evencio Castellanos. Dos suites sinfónicas del otro lado del océano, de facturas tan diferentes como atractivas.

Pero además, el concierto se presentaba como de los que a priori van a triunfar por el hecho de contar con Javier Perianes como pianista invitado, y nada menos que para interpretar el concierto nº 1 de Chopin. En fin, motivos más que sobrados como para estar puntuales a la cita nocturna en el Gran Teatro Falla pese a la amenaza de lluvia y mal tiempo.

Pues bien, las expectativas se cumplieron y sobradamente. Definitivamente, cada vez que escucho la suite sinfónica para orquesta de cuerda de Andrés Gaos Impresión Nocturna más me entusiasma. Se trata de una obra compuesta por su autor para representar a la música Argentina en la Exposición Internacional de París de 1937. El autor se encontraba inmerso en una gran polémica sobre su figura y obra, lo cual puede que se reflejara en la tristeza profunda que la obra transmite, sin que el espectador sepa porqué, pero que le va calando dentro con la melodía. Melancolía expresada en un complejo e intrincado mecanismo quizá tardorromántico, pero de densa armonía y cromatismo. Excelente obra y excelente interpretación de toda la sección de cuerda de la Orquesta Ciudad de Granada.

El plato fuerte de la noche, el Concierto para piano y orquesta n1 de F. Chopin, fue abordado por un Javier Perianes que llegó precedido de un total éxito en la primera de sus intervenciones en el VIII Festival, en el Real Teatro de las Cortes, donde contribuyó a que realmente fuera un concierto irrepetible por muchas razones, entre las que están su p`ropia intervención, el Bicentenario y el hecho de ser la primera vez que el Festival se extiende allende Cádiz Capital.

En el Falla, Perianes volvió a brillar por su personalidad en la interpretación de todo aquello que decide tocar. Con un fabuloso “Steinway & Sons”, un verdadero “ferrari” entre sus manos, el onubense de Nerva interpretó el concierto con verdadero saber hacer, haciendo que parezca sencillo lo que es extraordinariamente complicado. Sin recargos innecesarios, con seguridad en el pulso y resolviendo de manera extraordinaria las partes para solista. La orquesta supo arropar a Javier, aunque sin duda no fue la obra más destacada de esta última, evidentemente frente al resto del programa que se anunciaba de un total lucimiento de la misma.

Perianes, ovacionado, nos regaló una propina también de Chopin: Nocturno Póstumo en Do menor.

La segunda parte del concierto dio comienzo con una estupenda interpretación de las Diez melodías vascas de Jesús Guridi. La obra está formada por diez piezas de corta duración dónde aparecen motivos folclóricos y costumbristas vascos. La orquesta Ciudad de Granada las interpretó a la perfección, recreándose en cada danza, en cada canción.

La última obra de la noche, vino cargada de curiosidad, por ver la interpretación que del poema sinfónico Santa Cruz de Pacairigüa nos traería Alejandro Posada, Director de la O C G. La obra, cargada de notas coloristas del folclore negroide y venezolano, junto con texturas de corte más clásico, hicieron que la orquesta granadina brillara de manera especial al final de la noche. Una excepcional intervención del viento-metal, así como del oboe, le dieron realidad a esta obra por momentos festera, por momentos seria, pero de una belleza indudable. Una interpretación audaz y valiente la de la O C G, por cuanto la obra puede ser interpretada por orquestas de mayor porte que la granadina, pero que a la postre resultó más que suficiente. Alajandro Posada ofreció un bis al término.

Un broche estupendo, el puesto por la Orquesta Ciudad de Granada, respondiendo a lo que nos tiene habituados los últimos años en su concurrencia continuada al Festival de Música Española de Cádiz, donde siempre nos deja un excelente sabor de boca.

PUBLICADO EN DIARIO DE CÁDIZ 30-11-2010