Una ‘Traviata’ jerezana que se renueva en tiempos difíciles para la producción
14/11/2010. Jesús Sánchez-Ferragut (FOTO: JSF)
CRÍTICA. ‘La Traviata’ ya se representó en el Villamarta de Jerez el año 1998, en los primeros compases de la nueva etapa del Teatro. Renovar esta producción en estos momentos, donde la carestía de patrocinio en instituciones y colaboradores atraviesa su epicentro, ha resultado ser todo un acierto, a juzgar por el hecho, nada normal, de tener que colgar el cartel de ‘no hay entradas’ días antes de las dos representaciones programadas -11 y 13 de noviembre- en esta temporada que se inicia con esta obra verdiana.
El análisis de este fenómeno de carestía financiera por parte de patrocinadores tradicionales, junto con la excelente salud de la que goza el público dispuesto a ver buenas producciones de ópera, teatrales o musicales, daría sin duda para algo más que este artículo, aunque ahí les dejo la reflexión: teatros llenos, a la vez que producciones cada vez con más dificultades financieras…
Hablar de ‘La Traviata’, como obra operística, significa recordar que constituye probablemente el mayor de los éxitos pasados, presentes, y probablemente futro, al menos durante un buen tiempo, de este género del arte de la escena.
Cada crítico, cada escritor da su toque de interpretación a este fenómeno. En mi caso, estoy de acuerdo, como muchos otros, en que ‘La Traviata’ hace llorar al espectador, lo emociona quiera o no. Y ello por varias razones. La primera por la historia en sí, basada en ‘La dama de las camelias’ de A. Dumas hijo, que refleja las pasiones amorosas, la injusticia social, conjugados por sentimientos puros, por personajes que se nos antojan reales y próximos.
La segunda razón es la extraordinaria música de Verdi, responsable de que millones de personas sean capaces de retener la melodía del brindis del primer acto o del dúo de Violetta y Alfredo, o el de Violetta y Germont del segundo acto. Verdi da un exquisito trato al personaje de Violetta, un tanto escandaloso e inaceptado como correcto para una opera verdiana en la época, ya que suponía convertir en diva y protagonista a una dama de licenciosas costumbres. Ese tratamiento que extrema el cuidado del papel de la protagonista, quizá fuera en compensación a un papel difícil de ser aceptado por el público de la época, que en un principio rechazó la obra cumbre de Verdi.
La producción villamartina contó con María Ercolano para la puesta en escena del papel de Violetta y con Ismael Jordi para la de Alfredo, los dos personajes centrales de la obra. A mi manera de ver, hubo una cierta descompensación en los dos cantantes que dieron vida a Violetta y Alfredo. Si bien es cierto que una correcta interpretación de Violetta exige una soprano de coloratura y con vis dramática para poner en escena las distintas violettas que aparecen a lo largo de la ópera (enamorada, heroína, dama de corte…), no lo es menos que el personaje debe encontrase inmerso en la profunda tristeza de quien renuncia a todo por amor y ve cómo su más preciado bien se le escapa, a la vez que su propia vida. Este aspecto no logra transmitirlo la Ercolano, que abusa de la fuerza en la interpretación, en algunos momentos, y que no se vio acompañada con el dominio pleno de la herramienta vocal, sobre todo en los registros más bajos y sutiles.
Ismael Jordi, estuvo francamente bien, con una dicción envidiable, y acariciando el personaje con su voz. Poco a poco se va superando el tenor jerezano en su faceta dramática, tan necesaria hoy día para triunfar en la escena operística.
La escena estuvo dignamente llevada, en una realización clásica que convenció al respetable. Un notable alto, sobre todo considerando los tiempos que corren. Y vuelvo a destacar que supone todo un gran acierto, oportuno, el de recurrir a la que quizás sea la ópera más representada y popular de todos los tiempos, para responder a esa excelente salud de la que goza el público de la ópera y las artes escénicas en general, pese a la crisis en los recursos. DIARIO Bahía de Cádiz Jesús Sánchez-Ferragut
FICHA:
‘LA TRAVIATA’. Ópera en tres actos de Giuseppe Verdi.
Libreto de Francisco Maria Piave.
Reparto:
Violetta: María Ercolano.
Alfredo: Ismael Jordi.
Giorgio Germont: Javier Franco.
Flora: Beatriz Lanza.
Annina: Ana Troncoso.
Ballet: Piquillo: Mercedes Ruiz.
Orquesta Manuel de Falla. Director musical: Carlos Aragón.
Coro del Teatro Villamarta. Director: Juan Manuel Pérez Madueño.
Director de escena: Francisco López.
Lugar: Teatro Villamarta de Jerez. Día: 11 de noviembre. Aforo: Completo.