martes, 5 de julio de 2011

MICRORELATO III

VENDIDO EN ULTRAMAR



El negocio estaba cerrado. Tras muchas horas de trabajo habíamos levantado el embargo que pesaba sobre el barco, y la repatriación del capitán, acusado de pesca ilegal, era cuestión de horas. La Caja por fin aceptó la carta de crédito de Catchcoast Fisheries, de Miami, y aunque la cifra no era la mejor, la suerte de la venta la decidió la hipoteca naval. Mi cliente inmediatamente encendió un cigarro, mientras me ofrecía otro: “Cohiba Coronas, una funcionaria de La Habana me los consigue cuando voy cada primavera. Le encanta la lencería de encaje”. Luego le acompañé al aeropuerto: “No dejes de venir a la Feria de Camariñas, probarás el mejor pulpo a feira”, fueron sus últimas palabras al caer fulminado por un infarto. Ahora viajo rumbo a Santiago de Compostela, el capitán del barco sentado junto a mí, y el armador en un féretro en la bodega. Vida de abogado.