VIRTUOSISMO MA NON TROPPO.
Por Jesús Sánchez-Ferragut
FROLOV CHAMBER ORCHESTRA.
Programa: Suite Española de I. Albéniz; Navarra de P. Sarasate y Cuatro estaciones porteñas de A. Piazzolla.
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 22 de mayo de 2010. Asistencia: Patio de butacas al 50%.
Calificación: ***
La inauguración del XXVI Festival Iberoamericano de Música Manuel de Falla nos trajo a escena a Andrei Frolov, responsable de la Orquesta de cámara de su propio nombre. La formación que lidera no tiene un carácter estable al cien por cien, y se nutre fundamentalmente de músicos titulares de las orquesta de Radio Televisión Española y la Comunidad de Madrid. La mayoría de sus componentes son residentes en Madrid. Una opción más que atractiva e interesante, si no fuera por las dificultades económicas en las que, hoy por hoy, y por culpa de la crisis, se ven inmersos este tipo de ensembles musicales.
Con más ilusión que emoción, en parte debido a la ausencia de público en esta inauguración del Festival, la Frolov Chamber Orchestra inició el programa previsto: Asturias, Cádiz, Córdoba, Mallorca y Sevilla de la Suite Española de I. Albéniz, fueron sonando de la mano de la agrupación formada por doce maestros. La obra de Albéniz es siempre una apuesta segura, por lo conocida del público, aunque no por ello carente de riesgo, ya que lo frecuente es oír este repertorio del genial músico de Camprodón en partituras para piano solo, y no con arreglos para orquesta, como fue el caso. Sin pena ni gloria pasó esta versión interpretada por la Frolov Chamber Orchestra, quizá por lo extremadamente difícil de conseguir expresar con una orquesta de cámara toda la creatividad, intuición y virtuosismo de una obra nacida de la mano uno de los genios mundiales de la música para piano.
Frolov dejó entrever su virtuosismo en la siguiente obra, “Navarra” de P. Sarasate. Esta composición, para dos violines y orquesta de cuerda, transmite fuerza, y da pie al lucimiento de los violinistas, aunque necesita de una muy buena coordinación del resto de la orquesta de cuerda, que debe evitar el caer en el olvido, cosa que puede ocurrir con facilidad. Con esta obra acabó la primera parte del concierto, tras anunciar Andrei Frolov la supresión de la obra programada “El canto de los pájaros”, de P. Casals.
La segunda parte estuvo dedicada enteramente a Ástor Piazzolla, compositor nacido en Mar del Plata, conocido ya del público de Cádiz, y responsable de elevar a la máxima categoría musical el Tango argentino. Piazzolla fusiona jazz, música clásica y tango, incluido la incorporación del bandoneón a la orquesta clásica. La versión para orquesta de cámara, de “Cuatro estaciones porteñas” de Piazzolla que se interpretó en el Falla, es responsabilidad del compositor ruso Leonid Desyatnikov, que además de Director musical del teatro Bolshoi de Moscú, se ha hecho famoso por sus variaciones y arreglos a la música de Piazzolla. Esta obra es la primera vez que se interpreta en nuestro centenario Teatro Falla, y qué duda cabe que el Festival Internacional ha sido un marco idóneo para ello. Fue con esta particular versión de la obra de Piazzolla, que deja de un lado al bandoneón incluido en la versión original, e incorpora numerosas llamadas a otras conocidas obras del repertorio más clásico, donde realmente sacó a relucir su condición de virtuoso Andrei Frolov, con una espléndida e interesantísima interpretación de la obra, vista con ojos rusos a través de su violín, y en el que la orquesta subió bastante el nivel en relación al resto del programa, destacando asimismo el primer chelista. Excelente.
Al final, dos propinas, en agradecimiento al respetable: La Fantasía Española, obra del autor moscovita Igor Frolov (aunque pueda parecerlo, no es pariente de Andrei), creada en Cuba en los años 60 cuando formaba parte de la delegación de cooperación cultural soviética al régimen de Castro, como profesor de música. Una composición un tanto pintoresca y evocadora de tópicos, aunque ciertamente encaminada al lucimiento virtuosístico del intérprete. La última propina, fue la Romanza Andaluza de P. Sarasate, que dejó un excelente regusto a los espectadores que acudieron a esta inauguración del XXVI Festival.
Publicado en DIARIO DE CÁDIZ 24.05.2010