lunes, 21 de diciembre de 2009
viernes, 18 de diciembre de 2009
DEFENDIENDO LO SUYO
Fray Gerundio de Campazas me manda esta imagen tomada en una calle de Sevilla. Los sevillanos mejoran...parece humor gaditano. ¿La recesión nos afecta a todos? Prefiero no preguntar dónde están fabricados los cuatro muñecos...Por si acaso.
viernes, 11 de diciembre de 2009
VII FESTIVAL DE MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ
ORQUESTA DE CÓRDOBA.
Director: Rodolfo Saglimbeni
Piano: Juan José Muñoz Cañivano.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Obras de Aldemaro Romero; Federico Moreno Torroba; Arturo Márquez y Astor Piazzolla.
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 28 de noviembre. Asistencia: Más de media entrada.
Calificación: ****
DE BOLÍVAR AL TANGO BONAERENSE, NOCHE DE PROTAGONISMO IBEROAMERICANO.
La Orquesta de Córdoba va camino de consagrarse como uno de los pilares sólidos e importantes del Festival de Música Española de Cádiz. Sus conciertos no suelen decepcionar, sino todo lo contrario. En esta ocasión nos ha demostrado que no es necesario ser una macroorquesta para obtener el mejor de los sonidos. Es cuestión de saber hacer las cosas.
Los que estuvimos el pasado sábado en el Falla, pudimos comprobar que la orquesta suena fenomenal, y que además denota en sus interpretaciones un gran equilibrio entre cuerdas, percusión, maderas y metales. A ello se une la visión de oportunidad que ha tenido al elegir un programa interesante, sencillo aunque sin renunciar a la calidad, y de los que hacen afición.
El concierto comenzó con una suite del compositor venezolano Aldemaro Romero, basada en la banda sonora del film “La epopeya de Bolívar” del cineasta Alessandro Blasetti. Una suite de corta duración, entretenida y estupendamente interpretada por la Orquesta de Córdoba.
La siguiente obra fue la “Fantasía castellana” de Federico Moreno Torroba. Obra para piano y orquesta en tres movimientos sin pausa. Una pieza muy interesante, donde la orquesta sonó plenamente empastada, junto a Juan José Muñoz Cañivano quien hizo una interpretación excelente como solista al piano, tratando al instrumento con delicadeza y con estilo propio. A este último y al sentimiento dio rienda suelta el pianista en la propina que nos regaló tras los aplausos del público, al término de la primera parte: Una versión para piano de la conocidísima canción “Alfonsina y el mar” de los argentinos Ramírez y Luna, e inmortalizada por la voz de Mercedes Sosa. La versión de piano de anoche iba disparada directamente al corazón y los sentimientos del público, e hizo efecto.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada enteramente a Iberoamérica. Rodolfo Saglimbeni, director de orquesta venezolano, que en la actualidad es Director artístico de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, se dirigió al público para explicar el contenido y significado del concierto programado por la Orquesta de Córdoba, contando alguna anécdota de Arturo Márquez y de Astor Piazzolla.
El “Danzón nº 4” de Arturo Márquez parece que estuviera hecho a la medida de la Orquesta de Córdoba, que ofreció una interpretación de la pieza realmente buena. Un excelente trabajo del viento-madera, a los que se sumaron las trompas y el resto de los metales.
La última obra de la noche, fue el conocido “Tangazo” del compositor argentino Astor Piazzolla. La obra recrea al espectador en el horizonte de Buenos Aires, perfectamente descrito por la orquesta cordobesa, donde destacó el excelente trabajo de toda la cuerda, cumpliendo las exigencias de la partitura sobre todo para los violines. Muy bien de nuevo el oboe y las flautas. Una interpretación redonda.
Un recorrido iberoamericano sumamente agradable de la mano de una excepcional Orquesta de Córdoba.
Publicado en Diario de Cádiz el 30.12.2009
Director: Rodolfo Saglimbeni
Piano: Juan José Muñoz Cañivano.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Obras de Aldemaro Romero; Federico Moreno Torroba; Arturo Márquez y Astor Piazzolla.
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 28 de noviembre. Asistencia: Más de media entrada.
Calificación: ****
DE BOLÍVAR AL TANGO BONAERENSE, NOCHE DE PROTAGONISMO IBEROAMERICANO.
La Orquesta de Córdoba va camino de consagrarse como uno de los pilares sólidos e importantes del Festival de Música Española de Cádiz. Sus conciertos no suelen decepcionar, sino todo lo contrario. En esta ocasión nos ha demostrado que no es necesario ser una macroorquesta para obtener el mejor de los sonidos. Es cuestión de saber hacer las cosas.
Los que estuvimos el pasado sábado en el Falla, pudimos comprobar que la orquesta suena fenomenal, y que además denota en sus interpretaciones un gran equilibrio entre cuerdas, percusión, maderas y metales. A ello se une la visión de oportunidad que ha tenido al elegir un programa interesante, sencillo aunque sin renunciar a la calidad, y de los que hacen afición.
El concierto comenzó con una suite del compositor venezolano Aldemaro Romero, basada en la banda sonora del film “La epopeya de Bolívar” del cineasta Alessandro Blasetti. Una suite de corta duración, entretenida y estupendamente interpretada por la Orquesta de Córdoba.
La siguiente obra fue la “Fantasía castellana” de Federico Moreno Torroba. Obra para piano y orquesta en tres movimientos sin pausa. Una pieza muy interesante, donde la orquesta sonó plenamente empastada, junto a Juan José Muñoz Cañivano quien hizo una interpretación excelente como solista al piano, tratando al instrumento con delicadeza y con estilo propio. A este último y al sentimiento dio rienda suelta el pianista en la propina que nos regaló tras los aplausos del público, al término de la primera parte: Una versión para piano de la conocidísima canción “Alfonsina y el mar” de los argentinos Ramírez y Luna, e inmortalizada por la voz de Mercedes Sosa. La versión de piano de anoche iba disparada directamente al corazón y los sentimientos del público, e hizo efecto.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada enteramente a Iberoamérica. Rodolfo Saglimbeni, director de orquesta venezolano, que en la actualidad es Director artístico de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, se dirigió al público para explicar el contenido y significado del concierto programado por la Orquesta de Córdoba, contando alguna anécdota de Arturo Márquez y de Astor Piazzolla.
El “Danzón nº 4” de Arturo Márquez parece que estuviera hecho a la medida de la Orquesta de Córdoba, que ofreció una interpretación de la pieza realmente buena. Un excelente trabajo del viento-madera, a los que se sumaron las trompas y el resto de los metales.
La última obra de la noche, fue el conocido “Tangazo” del compositor argentino Astor Piazzolla. La obra recrea al espectador en el horizonte de Buenos Aires, perfectamente descrito por la orquesta cordobesa, donde destacó el excelente trabajo de toda la cuerda, cumpliendo las exigencias de la partitura sobre todo para los violines. Muy bien de nuevo el oboe y las flautas. Una interpretación redonda.
Un recorrido iberoamericano sumamente agradable de la mano de una excepcional Orquesta de Córdoba.
Publicado en Diario de Cádiz el 30.12.2009
VII FESTIVAL DE MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ
ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA.
Director: Lorenzo Ramos
Piano: Cristina Alba Padial.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Obras de M. de Falla; Joaquín Turina y Ruperto Chapí.
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 27 de noviembre. Asistencia: Más de media entrada.
Calificación: ***
NOCHE DE HOMENAJES
El pasado viernes correspondió el turno de conciertos en el Falla a la Orquesta Filarmónica de Málaga, que acudió a la cita del VII Festival de la mano del Director Lorenzo Ramos.
La apuesta de Ramos ante el público gaditano fue la de utilizar la fórmula del homenaje en varios sentidos, junto con la presentación de obras poco conocidas de tres de los autores españoles más relevantes de finales del XIX y principios de XX: Falla, Turina y Chapí. Ambas cosas, homenaje y obra no tan conocida es el caso de la suite “Homenaje” de M. de Falla, composición del genial autor gaditano en la que plasma su respeto hacia algunas personas de su entorno musical y artístico. Así, esta suite dedica sus cuatro movimientos a Fernández Arbós; Claude Debussy; Paul Dukas y Felipe Pedrell. Una apuesta arriesgada la de la Orquesta Filarmónica de Málaga, por lo desconocida que es del público esta obra, que además es ciertamente desigual en sus cuatro partes, lo que hace a la postre que la impresión de conjunto quede un poco difusa en la mente del espectador. La orquesta tampoco contribuyó mucho a darle vida a la representación, dando la sensación de estar un poco fría en este comienzo de la noche, con una participación irregular del viento-madera. En fin, un poco sin pena ni gloria pasó esta primera propuesta de la Filarmónica de Málaga.
La siguiente obra propuesta por la orquesta malagueña correspondió al compositor sevillano Joaquín Turina, del que se interpretó su Rapsodia sinfónica. Se trata de una obra en un solo movimiento para piano y orquesta. Quizá lo mejor de la noche, y que vino acompañada de la pianista malagueña Cristina Alba Radial, que tuvo una correcta intervención en una obra que tampoco se prestaba mucho al cariño de la orquesta, pero que al final resultó muy interesante, tanto por el hecho de escuchar la obra en sí, única obra de Turina compuesta para piano y orquesta, como por la ejecución de la misma.
La última obra interpretada por la Filarmónica de Málaga, tengo que confesarles que despertó en mí bastante interés nada más ver el programa de mano, ya que nunca antes la había escuchado. Aparece aquí de nuevo el propósito del que les hablaba al comienzo, de utilizar homenaje y obra poco conocida, puesto que estamos en el centenario de la muerte de Chapí, y su obra sinfónica es la gran desconocida. En este sentido, es decir en el de la oportunidad de traer la obra al Festival, me parece acertadísima la decisión de la Filarmónica de Málaga. Sin embargo, una vez escuchada la obra, no puedo decir lo mismo del resultado final. Si bien es cierto que la sinfonía en re menor de Chapí contiene influencias beethovenianas, como se explica en las notas del programa de mano, no es menos cierto que al escuchar la sinfonía entera, uno se queda con el regusto o la sensación de que está aderezada de la técnica zarzuelista, y quiera que no, esto te desilusiona un poco. La orquesta, que en general tuvo una noche discreta, dando una sensación de cierto distanciamiento entre los músicos y Director, tampoco despejó muchas dudas, descompensando un poco la intervención de los metales, que por momentos buscaron una interpretación demasiado efectista, sobre todo en el primer movimiento, “Adagio, Allegro Apasionado”. Lo mejor de la obra, y creo coincidir plenamente con las críticas de la época, es el segundo movimiento, “Andante con moto, molto expresivo”, donde el autor puede presumir de haber creado una bonita melodía. También tuve la sensación de un mejor equilibrio en la orquesta Filarmónica de Málaga al ejecutar este movimiento. Los otros dos movimientos, “Presto” y “Molto allegro e vivace”, mejoraron un poco en ejecución orquestal.
El último homenaje de la noche vino en la propina, y que el Director ofreció a la memoria de Albéniz (centenario de su muerte) y a los presentes: “Cádiz”, de la Suite española de I. Albéniz, en versión para orquesta de cuerda.
Publicado en Diario de Cádiz el 29.12.2009
VII FESTIVAL DE MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ
ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA.
Director: Diego Fasolis
Soprano: María Espada.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Obras de Juan Francés de Iribarren(1699-1767) y Jayme Torrens (1741-1803), del último disco de la OBS “Arde el furor intrépido”, música de la Catedral de Málaga en el S.XVIII
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 26 de noviembre. Asistencia: Más de media entrada.
Calificación: *****
EL XVIII MALAGUEÑO BRILLA CON LA GENIAL ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA
Los conciertos de la Orquesta Barroca de Sevilla causan siempre expectación en Cádiz. Y la verdad, no es para menos, pues la agrupación sevillana tiene una bien ganada fama tanto en España como fuera de nuestras fronteras, por la labor que vienen realizando de recuperación del patrimonio musical de los siglos XVII y XVIII en una producción discográfica que suma ya cuatro discos, y también por la excepcional calidad de sus conciertos.
El programa que la Orquesta ofreció el pasado jueves en el Falla, además de ser el comienzo de su Temporada estable de conciertos, fue la presentación ante el VII Festival de Música Española de Cádiz de su última grabación: “Arde el furor intrépido”, disco que presenta como novedad el haber sido grabado en un nuevo y propio sello discográfico: OBS-Prometeo.
La Orquesta Barroca comenzó con un villancico a Solo de Reyes con violines y trompas “Guiados por una estrella” de Jayme Torrens, maestro de capilla de la Catedral de Málaga, y sucesor en el cargo del otro autor de la noche, Juan Francés de Iribarren. Desde la primera intervención, la soprano extremeña María Espada dejó ver sus enormes aptitudes y cualidades para interpretar esta música barroca, destacando sobre todo su estupenda dicción del texto.
Siguiendo el programa del concierto, dedicado por completo a composiciones barrocas de la Catedral de Málaga, sobre música religiosa no litúrgica con textos en español, interpretaron la obra de Iribarren, Cantada con violines al Santísimo, de la obra “Prosigue acorde lira”, con una introducción musical en forma de Tocata, y dos recitativos con areas cantable y Spiritoso. Una composición realmente bella, con melodía deliciosa, sobre todo en el Area Cantable, y que la soprano María Espada supo afrontar de manera genial. Destacaron también los violines de la orquesta en un trabajo pulcro y bien empastado.
Las obras de Jayme Torrens y Juan Francés de Iribarren se fueron intercalando durante el resto del concierto: Soberano Señor, un villancico a Solo al Santísimo con violines, y O Adalid invencible, también villancico a Solo a los Santísimos Mártires Ciriaco y Paula con violines, de Jayme Torrens, y Entrada arioso de “Alados celestiales”, un villancico instrumental de Kalenda al Santísimo con violines y trompas.
De la orquesta, quizá únicamente decir que las trompas no llegaron a convencerme del todo, no estando tal vez la calidad sonora de los instrumentos en consonancia con el resto de la formación, que por el contrario obtuvieron sonidos muy cuidados, trabajados con exquisitez bajo la batuta del Director suizo Diego Fasolis. La cuerda en general muy bien, y un importante trabajo al bajo continuo del órgano, clave, guitarra y tiorba. Rigor, equilibrio y virtuosismo.
Lo mejor de la noche vino al final, con la interpretación del tema que da nombre al disco: Arde el furor intrépido, de Iribarren. Es un Aria al Santísimo con violines y trompas. La pieza permite un mayor lucimiento de la soprano, que estuvo fantástica, con un excelente empaque, dicción y técnica, acompañada con extrema delicadeza por la orquesta, con un resultado que entusiasmó al público, que recompensó con el aplauso y varios bravo a la soprano.
Hubo propina al final del concierto: el aria “Lascia ch’io pianga“ de G. F. Haendel. Pese a lo atractivo de esta pieza, de factura extraordinariamente bella, no me convenció, quizá por culpa de una ejecución demasiado lenta por parte de la orquesta, que también dio a las trompas un protagonismo inmerecido.
La Orquesta Barroca de Sevilla tiene previsto volver a Cádiz este año y el próximo dentro de su programación de Temporada. No se lo pierdan, pues lo que ofrecieron el jueves pasado, dentro de su clase, sin duda, está a la máxima altura del panorama musical español y probablemente mundial.
Publicado en Diario de Cádiz el 28.12.2009
Director: Diego Fasolis
Soprano: María Espada.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Obras de Juan Francés de Iribarren(1699-1767) y Jayme Torrens (1741-1803), del último disco de la OBS “Arde el furor intrépido”, música de la Catedral de Málaga en el S.XVIII
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 26 de noviembre. Asistencia: Más de media entrada.
Calificación: *****
EL XVIII MALAGUEÑO BRILLA CON LA GENIAL ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA
Los conciertos de la Orquesta Barroca de Sevilla causan siempre expectación en Cádiz. Y la verdad, no es para menos, pues la agrupación sevillana tiene una bien ganada fama tanto en España como fuera de nuestras fronteras, por la labor que vienen realizando de recuperación del patrimonio musical de los siglos XVII y XVIII en una producción discográfica que suma ya cuatro discos, y también por la excepcional calidad de sus conciertos.
El programa que la Orquesta ofreció el pasado jueves en el Falla, además de ser el comienzo de su Temporada estable de conciertos, fue la presentación ante el VII Festival de Música Española de Cádiz de su última grabación: “Arde el furor intrépido”, disco que presenta como novedad el haber sido grabado en un nuevo y propio sello discográfico: OBS-Prometeo.
La Orquesta Barroca comenzó con un villancico a Solo de Reyes con violines y trompas “Guiados por una estrella” de Jayme Torrens, maestro de capilla de la Catedral de Málaga, y sucesor en el cargo del otro autor de la noche, Juan Francés de Iribarren. Desde la primera intervención, la soprano extremeña María Espada dejó ver sus enormes aptitudes y cualidades para interpretar esta música barroca, destacando sobre todo su estupenda dicción del texto.
Siguiendo el programa del concierto, dedicado por completo a composiciones barrocas de la Catedral de Málaga, sobre música religiosa no litúrgica con textos en español, interpretaron la obra de Iribarren, Cantada con violines al Santísimo, de la obra “Prosigue acorde lira”, con una introducción musical en forma de Tocata, y dos recitativos con areas cantable y Spiritoso. Una composición realmente bella, con melodía deliciosa, sobre todo en el Area Cantable, y que la soprano María Espada supo afrontar de manera genial. Destacaron también los violines de la orquesta en un trabajo pulcro y bien empastado.
Las obras de Jayme Torrens y Juan Francés de Iribarren se fueron intercalando durante el resto del concierto: Soberano Señor, un villancico a Solo al Santísimo con violines, y O Adalid invencible, también villancico a Solo a los Santísimos Mártires Ciriaco y Paula con violines, de Jayme Torrens, y Entrada arioso de “Alados celestiales”, un villancico instrumental de Kalenda al Santísimo con violines y trompas.
De la orquesta, quizá únicamente decir que las trompas no llegaron a convencerme del todo, no estando tal vez la calidad sonora de los instrumentos en consonancia con el resto de la formación, que por el contrario obtuvieron sonidos muy cuidados, trabajados con exquisitez bajo la batuta del Director suizo Diego Fasolis. La cuerda en general muy bien, y un importante trabajo al bajo continuo del órgano, clave, guitarra y tiorba. Rigor, equilibrio y virtuosismo.
Lo mejor de la noche vino al final, con la interpretación del tema que da nombre al disco: Arde el furor intrépido, de Iribarren. Es un Aria al Santísimo con violines y trompas. La pieza permite un mayor lucimiento de la soprano, que estuvo fantástica, con un excelente empaque, dicción y técnica, acompañada con extrema delicadeza por la orquesta, con un resultado que entusiasmó al público, que recompensó con el aplauso y varios bravo a la soprano.
Hubo propina al final del concierto: el aria “Lascia ch’io pianga“ de G. F. Haendel. Pese a lo atractivo de esta pieza, de factura extraordinariamente bella, no me convenció, quizá por culpa de una ejecución demasiado lenta por parte de la orquesta, que también dio a las trompas un protagonismo inmerecido.
La Orquesta Barroca de Sevilla tiene previsto volver a Cádiz este año y el próximo dentro de su programación de Temporada. No se lo pierdan, pues lo que ofrecieron el jueves pasado, dentro de su clase, sin duda, está a la máxima altura del panorama musical español y probablemente mundial.
Publicado en Diario de Cádiz el 28.12.2009
VII FESTIVAL DE MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ
REAL ORQUESTA SINFÓNICA DE SEVILLA.
Director: Juan Luis Pérez
Piano: Ana Guijarro
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Fantasía 1949 para piano y orquesta de Manuel Castillo; Noches en los jardines de España de Manuel de Falla; “Serenata” de la Fantasía Morisca y Los gnomos de la Alhambra, de Ruperto Chapí
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 25 de noviembre. Asistencia: ¾ de aforo.
Calificación: *****
LA ROSS OFRECIÓ UN ESTRENO ABSOLUTO EN UNA AGRADABLE NOCHE ESPAÑOLA
El plato fuerte de la noche se sirvió a los espectadores nada más empezar el concierto: El estreno absoluto de una obra inédita de Manuel Castillo.
Antes de comenzar, Ana Guijarro, la pianista que interpretó la obra de Castillo se dirigió al público para agradecer a la ROSS el poder dar luz a esta obra inédita del compositor, justo cuatro años después de su muerte.
La “Fantasía 1949 para piano y orquesta” de Manuel Castillo fue compuesta cuando el compositor tenía 19 años, y ha pasado inadvertida hasta ahora, entre otras razones, probablemente, por deseo de su autor, que quizá vio en ella una obra desfasada en relación a los cánones estéticos y de composición que se imponían entre los compositores españoles de la segunda mitad del S. XX. La Fantasía 1949 podría responder a una obra de composición de su etapa de formación, si bien no hay muchas referencias que confirmen totalmente estas suposiciones. Profesores como Norberto Almandoz en Sevilla y Conrado del Campo en Madrid podrían haber tenido algo que ver con el nacimiento del concierto estrenado el miércoles pasado en el Falla. La partitura original, que carecía de instrumentación, solo estaba escrita en su parte orquestal para piano, y quien hoy ocupa el puesto de Director del Conservatorio “Manuel Castillo” de Sevilla, Luís Ignacio Marín, ha sido el encargado de efectuar los arreglos y la orquestación de la obra.
Fantasía 1949 es un concierto para piano y orquesta de corte totalmente albeniciano, atemporal, ya que podría encuadrarse perfectamente dentro de la corriente nacionalista romántica española del XIX, pese a haber sido escrita a mediados del XX. Los dos temas expuestos en la obra son realmente bellos, y además la partitura permite el lucimiento de los recursos del pianista. La orquestación muy bien, respondiendo a patrones expresionistas, y dando juego a los metales y maderas, cada uno en su propio plano, dentro de un contexto muy español.
Una excelente obra, quizá un poco academicista, pero que ha merecido la pena rescatar y estrenar en el marco del este VII Festival de Música Española de Cádiz. La Sinfónica de Sevilla estupenda, dirigida magistralmente por Juan Luís Pérez, jerezano, alumno de Manuel Castillo, (y de Manuel Galduf), y responsable de la localización de la partitura original de Fantasía 1949.
Siguió en el repertorio Las noches en los jardines de España, de M. de Falla, donde Ana Guijarro tuvo una más que correcta intervención, en una versión amable y sin demasiadas complicaciones de la ROSS bajo la batuta de Pérez. El conjunto sonó bien, aunque la versión no haya sido de las que se queden en el recuerdo.
Al término del primer acto, Ana Guijarro, nos ofreció una propina, de esas que dejan al respetable boquiabierto y con ganas de más: La pavana “capricho” de Albéniz. Excelente trabajo el de ana Guijarro.
La segunda parte del concierto fue muy diferente de la primera, aunque sin que para nada decayera el estupendo nivel de la Sinfónica sevillana. Se interpretaron obras de Ruperto Chapí, en conmemoración del centenario de su fallecimiento.
La primera de las obras fue la “Serenata” de la composición sinfónica “Fantasía morisca”, a la que la orquesta dirigida por Juan Luís Pérez le dio el carácter necesario a una composición que contribuyera a incluir en su día a Chapí, junto con Tomás Bretón y Jesús Monasterio en el llamado “Alhambrismo”. Sus dos temas fueron expuestos con claridad, consiguiendo crear el efectismo requerido por la obra. La última interpretación de la noche fue “Los gnomos de la Alambra”, donde la ROSS concluiría una noche de música plenamente española. Destacaron el corno inglés y el clarinete bajo, que junto con los cellos hicieron un excelente trabajo en la orquesta.
En resumen, una noche agradable en compañía de una gran orquesta, como lo es la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, y disfrutando de música española de verdadera calidad.
Publicado en Diario de Cádiz el 27.12.2009
Director: Juan Luis Pérez
Piano: Ana Guijarro
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: Fantasía 1949 para piano y orquesta de Manuel Castillo; Noches en los jardines de España de Manuel de Falla; “Serenata” de la Fantasía Morisca y Los gnomos de la Alhambra, de Ruperto Chapí
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 25 de noviembre. Asistencia: ¾ de aforo.
Calificación: *****
LA ROSS OFRECIÓ UN ESTRENO ABSOLUTO EN UNA AGRADABLE NOCHE ESPAÑOLA
El plato fuerte de la noche se sirvió a los espectadores nada más empezar el concierto: El estreno absoluto de una obra inédita de Manuel Castillo.
Antes de comenzar, Ana Guijarro, la pianista que interpretó la obra de Castillo se dirigió al público para agradecer a la ROSS el poder dar luz a esta obra inédita del compositor, justo cuatro años después de su muerte.
La “Fantasía 1949 para piano y orquesta” de Manuel Castillo fue compuesta cuando el compositor tenía 19 años, y ha pasado inadvertida hasta ahora, entre otras razones, probablemente, por deseo de su autor, que quizá vio en ella una obra desfasada en relación a los cánones estéticos y de composición que se imponían entre los compositores españoles de la segunda mitad del S. XX. La Fantasía 1949 podría responder a una obra de composición de su etapa de formación, si bien no hay muchas referencias que confirmen totalmente estas suposiciones. Profesores como Norberto Almandoz en Sevilla y Conrado del Campo en Madrid podrían haber tenido algo que ver con el nacimiento del concierto estrenado el miércoles pasado en el Falla. La partitura original, que carecía de instrumentación, solo estaba escrita en su parte orquestal para piano, y quien hoy ocupa el puesto de Director del Conservatorio “Manuel Castillo” de Sevilla, Luís Ignacio Marín, ha sido el encargado de efectuar los arreglos y la orquestación de la obra.
Fantasía 1949 es un concierto para piano y orquesta de corte totalmente albeniciano, atemporal, ya que podría encuadrarse perfectamente dentro de la corriente nacionalista romántica española del XIX, pese a haber sido escrita a mediados del XX. Los dos temas expuestos en la obra son realmente bellos, y además la partitura permite el lucimiento de los recursos del pianista. La orquestación muy bien, respondiendo a patrones expresionistas, y dando juego a los metales y maderas, cada uno en su propio plano, dentro de un contexto muy español.
Una excelente obra, quizá un poco academicista, pero que ha merecido la pena rescatar y estrenar en el marco del este VII Festival de Música Española de Cádiz. La Sinfónica de Sevilla estupenda, dirigida magistralmente por Juan Luís Pérez, jerezano, alumno de Manuel Castillo, (y de Manuel Galduf), y responsable de la localización de la partitura original de Fantasía 1949.
Siguió en el repertorio Las noches en los jardines de España, de M. de Falla, donde Ana Guijarro tuvo una más que correcta intervención, en una versión amable y sin demasiadas complicaciones de la ROSS bajo la batuta de Pérez. El conjunto sonó bien, aunque la versión no haya sido de las que se queden en el recuerdo.
Al término del primer acto, Ana Guijarro, nos ofreció una propina, de esas que dejan al respetable boquiabierto y con ganas de más: La pavana “capricho” de Albéniz. Excelente trabajo el de ana Guijarro.
La segunda parte del concierto fue muy diferente de la primera, aunque sin que para nada decayera el estupendo nivel de la Sinfónica sevillana. Se interpretaron obras de Ruperto Chapí, en conmemoración del centenario de su fallecimiento.
La primera de las obras fue la “Serenata” de la composición sinfónica “Fantasía morisca”, a la que la orquesta dirigida por Juan Luís Pérez le dio el carácter necesario a una composición que contribuyera a incluir en su día a Chapí, junto con Tomás Bretón y Jesús Monasterio en el llamado “Alhambrismo”. Sus dos temas fueron expuestos con claridad, consiguiendo crear el efectismo requerido por la obra. La última interpretación de la noche fue “Los gnomos de la Alambra”, donde la ROSS concluiría una noche de música plenamente española. Destacaron el corno inglés y el clarinete bajo, que junto con los cellos hicieron un excelente trabajo en la orquesta.
En resumen, una noche agradable en compañía de una gran orquesta, como lo es la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, y disfrutando de música española de verdadera calidad.
Publicado en Diario de Cádiz el 27.12.2009
VII FESTIVAL DE MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ
THE SOLOISTS OF LONDON Y PILAR JURADO.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: De España a Haendel. Obras de Georg Friedrich Haendel, Antonio Rodríguez de Hita y José de Nebra
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 24 de noviembre. Asistencia: ¾ de aforo.
Calificación: ****
DEL BLANCO Y NEGRO AL COLOR
¿Han visto ustedes esos anuncios donde sobre un fondo de película en blanco y negro se destaca al actor o actriz a todo color? Pues bien, esa es la definición de lo que pasó en el concierto de The Soloists of London y Pilar Jurado el pasado martes en el Falla.
Sobre un programa de mano un tanto especial y que rezaba: “De España a Haendel”, repertorio escogido expresamente por Pilar Jurado, el concierto lo abrió la conocida formación musical de solistas ligados a Londres y Alcalá de los Gazules, en un escenario frío, sin el más mínimo adorno, aunque con la concha acústica colocada perfectamente, sin duda necesaria para una correcta audición de las orquestas, pero tremendamente antiestética, sobre todo las luces. Y frío fue también el comienzo de la orquesta de solistas que a modo de introducción interpretó la Sarabande de Haendel.
Sobre este fondo blanco y negro de The Soloists apareció en el escenario Pilar Jurado, deslumbrante, desbordante de simpatía y belleza. Comenzó con un “Ombra ma fui” de Haendel muy discretito y continuó con “Mi bien turbado” de Las labradoras de Murcia, obra de Antonio Rodríguez de Hita. Realmente pensé que el concierto se vendría abajo y sería un auténtico desastre después de esta interpretación donde la orquesta fría y distante sobre un fondo que se tornó casi gris desde el blanco y negro, en nada colaboró con una titubeante Jurado, también desconocida en su faceta normal de cantante de carácter.
Afortunadamente la magia fue resurgiendo poco a poco y el “Lascia ch’io pianga” del Rinaldo de Haendel nos devolvió a la Pilar Jurado a la que estamos acostumbrados, señora de la coloratura, fuerza y expresión dramática envueltas en una deliciosa voz. La orquesta también mejoró y la cosa empezó a sonar realmente empastada.
La primera parte del concierto acabó con “Temprana rosa” de José de Nebra, un aria que en nada desmerece otras de Haendel y que Pilar Jurado interpretó muy bien, con seguridad y haciendo gala de recursos y técnica.
La segunda parte del concierto dio comienzo con La Introduccione IV de Locatelli a cargo de The Soloists.
Piangeró del Giulio Cesare de Haendel; L’alma mia frà le tempeste de Haendel; Briseida de Antonio Rodríguez de Hita y Rosa, tronco de José de Nebra fueron el resto de las arias que interpretó Pilar Jurado, quien fue llenando por completo la escena de color. De su color. Del de su precioso vestido al de su espléndida voz. Color que se fue superponiendo al blanco y negro inicial de la orquesta, y que dio al principio del concierto, como resultado, un contraste chocante y no esperado entre cantante y músicos. Sin embargo a estas alturas de la segunda parte del concierto el público comenzó a aplaudir decididamente a la diva, quien correspondió dando lo mejor de si misma, haciendo que desaparecieran los tonos y matices oscuros de la escena por completo, imponiendo con profesionalidad lo que ella sabe hacer a la perfección: La coloratura y el drama.
No obstante lo dicho, The Soloists tuvo una impresionante interpretación de la Chacony de Purcell, a mitad de concierto, con su característica forma de interpretar de cara al público, matizando cada nota e interpretando los pianísimos como pocos saben hacerlo.
Pilar Jurado regaló dos propinas al final: “Oh had I Jubal’s Lyre” de Haendel y de nuevo el “Lascia ch’io pianga” del mismo autor. Soberbia. El público la ovacionó. Por cierto, para la próxima, esperemos que la organización retire del fondo del escenario los podios de coros, y que no se olviden de entregar unas flores a la soprano al acabar el concierto, por favor. Sería un detalle.
Publicado en Diario de Cádiz el 26.12.2009
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
Programa: De España a Haendel. Obras de Georg Friedrich Haendel, Antonio Rodríguez de Hita y José de Nebra
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 24 de noviembre. Asistencia: ¾ de aforo.
Calificación: ****
DEL BLANCO Y NEGRO AL COLOR
¿Han visto ustedes esos anuncios donde sobre un fondo de película en blanco y negro se destaca al actor o actriz a todo color? Pues bien, esa es la definición de lo que pasó en el concierto de The Soloists of London y Pilar Jurado el pasado martes en el Falla.
Sobre un programa de mano un tanto especial y que rezaba: “De España a Haendel”, repertorio escogido expresamente por Pilar Jurado, el concierto lo abrió la conocida formación musical de solistas ligados a Londres y Alcalá de los Gazules, en un escenario frío, sin el más mínimo adorno, aunque con la concha acústica colocada perfectamente, sin duda necesaria para una correcta audición de las orquestas, pero tremendamente antiestética, sobre todo las luces. Y frío fue también el comienzo de la orquesta de solistas que a modo de introducción interpretó la Sarabande de Haendel.
Sobre este fondo blanco y negro de The Soloists apareció en el escenario Pilar Jurado, deslumbrante, desbordante de simpatía y belleza. Comenzó con un “Ombra ma fui” de Haendel muy discretito y continuó con “Mi bien turbado” de Las labradoras de Murcia, obra de Antonio Rodríguez de Hita. Realmente pensé que el concierto se vendría abajo y sería un auténtico desastre después de esta interpretación donde la orquesta fría y distante sobre un fondo que se tornó casi gris desde el blanco y negro, en nada colaboró con una titubeante Jurado, también desconocida en su faceta normal de cantante de carácter.
Afortunadamente la magia fue resurgiendo poco a poco y el “Lascia ch’io pianga” del Rinaldo de Haendel nos devolvió a la Pilar Jurado a la que estamos acostumbrados, señora de la coloratura, fuerza y expresión dramática envueltas en una deliciosa voz. La orquesta también mejoró y la cosa empezó a sonar realmente empastada.
La primera parte del concierto acabó con “Temprana rosa” de José de Nebra, un aria que en nada desmerece otras de Haendel y que Pilar Jurado interpretó muy bien, con seguridad y haciendo gala de recursos y técnica.
La segunda parte del concierto dio comienzo con La Introduccione IV de Locatelli a cargo de The Soloists.
Piangeró del Giulio Cesare de Haendel; L’alma mia frà le tempeste de Haendel; Briseida de Antonio Rodríguez de Hita y Rosa, tronco de José de Nebra fueron el resto de las arias que interpretó Pilar Jurado, quien fue llenando por completo la escena de color. De su color. Del de su precioso vestido al de su espléndida voz. Color que se fue superponiendo al blanco y negro inicial de la orquesta, y que dio al principio del concierto, como resultado, un contraste chocante y no esperado entre cantante y músicos. Sin embargo a estas alturas de la segunda parte del concierto el público comenzó a aplaudir decididamente a la diva, quien correspondió dando lo mejor de si misma, haciendo que desaparecieran los tonos y matices oscuros de la escena por completo, imponiendo con profesionalidad lo que ella sabe hacer a la perfección: La coloratura y el drama.
No obstante lo dicho, The Soloists tuvo una impresionante interpretación de la Chacony de Purcell, a mitad de concierto, con su característica forma de interpretar de cara al público, matizando cada nota e interpretando los pianísimos como pocos saben hacerlo.
Pilar Jurado regaló dos propinas al final: “Oh had I Jubal’s Lyre” de Haendel y de nuevo el “Lascia ch’io pianga” del mismo autor. Soberbia. El público la ovacionó. Por cierto, para la próxima, esperemos que la organización retire del fondo del escenario los podios de coros, y que no se olviden de entregar unas flores a la soprano al acabar el concierto, por favor. Sería un detalle.
Publicado en Diario de Cádiz el 26.12.2009
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