Foto: J.S-F |
LA MEDUSA DE LA CALETA
MEDUSA. BALLET FLAMENCO SARA BARAS
Medusa: Sara Baras;
Perseo: José Serrano; La Conciencia: Juan Carlos Vellido; Poseidón: David
Martín; Atenea: Carmen Camacho. Dirección musical: Keko Baldomero.
Lugar: Catillo de San
Sebastián. Cádiz. 14 de agosto de 2014. Aforo completo.
Jesús Sánchez-Ferragut
Foto: J.S-F |
Nunca hubiera imaginado que un anuncio como el siguiente:
“La Caleta se llena de Medusa”, consiguiera completar, a rebosar, el Castillo
de San Sebastián, cuyo espigón de acceso conforma uno de los límites de la
popularísima playa gaditana. El truco está en que la medusa invasora no lo era
en realidad, ya que se trataba de la gaditana Sara Baras, encarnando uno de los
mitos de la Grecia Antigua: Medusa, una mujer injustamente condenada, después
de haber sido violada por Poseidón, a la fealdad y a convertir en piedra a todo
aquel que la mirara a los ojos.
Foto: J.S-F |
El mito de Medusa, que consiguió despertar la curiosidad del
propio Sigmund Freud (tecleen “Sigmund Freud + Medusa” en Google, y vean el resultado),
es rescatado por Sara Baras, en una producción que deriva por derroteros
diferentes de por los que hasta ahora había venido navegando a bordo de sus
espectáculos, que esencialmente eran flamencos. Un giro que la aleja de sus
incondicionales amantes del flamenco elegante, su santo y seña de identidad, y
que la acerca, irremediablemente, a otros públicos, más amplios, y menos de
aquí: Más lejanos en el sentir del arte flamenco, sus coplas y sus bailes.
Qué duda cabe que después de esta producción, otros
horizontes se le abren a esta gaditana que ya posee fama mundial, pues su
espectáculo Medusa ha roto las estadísticas y ha llenado todos los auditorios
por donde ha paseado el mito griego convertido, y por este orden, en teatro,
música y baile.
Cuando las cosas son así, tan avaladas por la multitudinaria
asistencia de público, lo difícil es encontrar el hueco para la crítica, y el
que suscribe, con alegría por una parte, pero con bastante desazón por otra,
tiene que ceñirse a una descripción más o menos poético-sentimental de lo que
vio y escuchó. Y lo que vi, fue poquito, muy poquito decorado y una música
fuerte, muy fuerte, que no tuve las entendederas suficientes como para
comprender con qué tipo de hilo o encaje estaba tejida, pues se me antojó que
los mimbres eran de distinta procedencia y que no encajaban…En fin, un poco de
sensación de que había sido hecha con el método de “Corta y pega”, por el
simple hecho de que “suena ben”.
Y también oí al respetable decir que la organización había
puesto unas sillas muy incómodas para lo cara que eran las entradas. Y también
oí aplausos del público cuando lo que se tocaba y bailaba era flamenco, y
también oí aplausos , contenidos y poquitos, cuando lo que se hacía en el
escenario eran otras artes…
Y también he quedado convencido, una vez más, de que el
patio del Castillo de San Sebastián es feo y cuartelero, pero que para llegar
hasta él, hay un camino por el espigón, largo y precioso.
Foto: J.S-F |
Medusa aparta a Sara de su elegancia, pero a la vez le hace
tocar al otro “gran público”, con el dedo de la fama. Sara, baila menos, y a
cambio, gestualiza e interpreta, incorporando expresiones más explícitas y
menos insinuantes. Una sensualidad que intuimos se va ir desvaneciendo de sus mágicos brazos, a fuerza de sentenciar,
aunque sea de ficción, condenando a los que la miran a sus ojos del pasado, a
la petrificación eterna.
El jueves 14 vimos un espectáculo que llena todos los
recintos donde se anuncia, y a una Sara que se nos va, inalcanzable, dejando
atrás al mito que fue en su tierra, en busca de otros horizontes, otras
estéticas y otras gentes. Aunque en nuestros corazones seguirá viva la Sara de
los niños de la Tertulia Flamenca de la Isla y la gran gaditana que ha pregonado
su tierra por donde quiera que haido, zapateando y moviendo los brazos como
nadie.
Publicado en Diario Bahía de Cádiz:
http://www.diariobahiadecadiz.com/noticias/cadiz/la-medusa-de-la-caleta/