Fotos: J.S-F. |
EL BUEN ROLLO ES NO BAJAR LA GUARDIA
LA GUARDIA EN CONCIERTO
Sala: Kambalaya. Chiclana. 24.01.2015
Aforo: Casi completo
Jesús Sánchez-Ferragut
Con muchas, muchísimas tablas a sus espaldas, Manuel España
y el resto de la formación actual de La Guardia, demostraron en Chiclana no haber
perdido el buen rollo en el contacto directo con su público, dedicándose por
completo a él, antes, durante y después del concierto. Un lujo para los
asistentes, que pudieron fotografiarse con los componentes de La Guardia en el
“photocall” de la sala Kambalaya sin ningún tipo de corte y en un ambiente
totalmente relajado.
El sábado 24 la sala Kambalaya prácticamente se llenó, pese
a que el día no podía ser peor: Fuera un frío húmedo con viento norte que
pelaba, alrededor de 5 grados, y final del mes de enero, con los bolsillos con
telarañas (si aún cabe más), y la hora, un poco tarde, las 00,30. Pero el
esfuerzo de los que asistieron se vio recompensado y mereció la pena, por el
buen rollo del concierto, por su duración, y por el sonido sin ardides, en un
formato que me recordó mucho al ambientillo del Honky Tonk de Madrid en sus
buenos años…
Y el concierto en sí, pues estupendo, de muy, muy, buen
rollo: Casi todas las canciones significativas de La Guardia fueron cayendo,
tema por tema. Un concierto pensado con dos partes diferentes: “La oficial”,
con el repertorio al completo de los grandes éxitos, y una segunda parte, donde
hubo improvisaciones varias, y bises de todos colores. El público demostró
saberse al dedillo las canciones de esta formación granaína, que llegó al podio
de los grupos importantes de la música española de los 80.
La actual formación de La Guardia que vi el sábado en
Chiclana, puedo decir que está en forma, y que ponen en escena todo el
repertorio sin complicaciones, y con una fluidez envidiable, pasando del sonido
telecaster al acústico de las epiphone, y acabando con el rock en vena:
Bending, ligados y armónicos en sucesiones de riffs para poner los vellos de
punta, a base de guitarra, bajo y batería.
Las letras, pues ya saben, lo de siempre: la vida, el amor y
el desamor, en fin lo que llega siempre a los corazones y que nunca pasa de
moda, con todo el arte de Manuel España, el
alma del grupo, capaz de hacer que parezca sencillo lo que es tremendamente
difícil.
Aunque las canciones de La Guardia es cierto que no pasan de
moda, también lo es que le deseamos a la formación la suerte de dar con la
tecla en sus nuevas composiciones, en el sentido de conectar con el público por
debajo de la cincuentena de edad, pues eché de menos gente un poco más joven en
el concierto. En fin, cosas también del fin de mes, supongo, pues había que
pagar entrada… Lógico.
Bueno, un rato excelente el que pasamos el sábado en la Sala
Kambalaya viendo a La Guardia, y un consejo para ellos: El buen rollo está en
no bajar La Guardia…
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