Tomás Moro, una utopía.
Fotos: Festival Internacional de Teatro de Almagro
GRACIAS, TOMÁS MORO
Obra: TOMÁS MORO,
UNA UTOPÍA.
Basada en la
novela TOMÁS MORO, de William Shakespeare y cuatro autores más.
(Traducción
de Aurora Rice y Enrique García-Máiquez)
Sala:
PLAZA DE SANTO DOMINGO. ALMAGRO 5 DE JULIO DE 2013
FUNDACIÓN
UNIR.
Versión
de Ignacio García May. Dirección: Tazmin Townsend.
Reparto:
José Luis Patiño; Richard Collins-Moore; Lola Velacoracho; Silvia de Pé; Sara
Moraleda; Manu Hernández; Cesar Sánchez; Paco Déniz.
Jesús Sánchez-Ferragut
El hecho de estar
sentado ahora frente a mi ordenador, escribiendo sobre el estreno absoluto de
una obra inédita de William Shakespeare, no responde al sueño de una noche
(calurosa) de verano, sino a una realidad que aún no se bien si merezco o no.
Haber tenido la
suerte o ventura de poder escribir sobre la historia de Tomás Moro narrada por
Shakespeare, en mi caso raya lo milagroso. No sé si lo será el de otras más
altas autoridades. Pero no se me ocurre otra manera de comenzar sino diciendo: ¡Gracias,
Tomás Moro! Y gracias también a Aurora Rice Derqui y a Enrique García-Máiquez,
autores de la traducción del libro Tomás Moro (Edit. Rialp. Madrid 2012).
Cuando leí la obra de
Shakespeare (en coautoría con otros cuatro autores ingleses), quedé encandilado
del personaje y de la obra, y ansioso por verla puesta en escena. Y esta no se
hizo esperar, y así, en el contemporáneo sancta sanctorum del teatro clásico
español, es decir el Festival de Almagro, se acaba de estrenar por primera vez
para el mundo hispanohablante la versión “Tomás Moro, una utopía”, en esta
edición de 2013.
La obra teatral es
una versión de Ignacio García May, y la dirección es responsabilidad de Tazmin
Towsend.
La puesta en escena
es extraordinaria, sobre un escenario sobrio, funcional, que utiliza medios
actuales, como la proyección de imágenes al fondo, una iluminación estupenda, y
un vestuario sensacional. La música que acompaña a la representación,
estupenda.
La versión teatral, introduce
una serie de variaciones sobre el libro. La primera de ellas, y a mi modo de ver
muy acertada, reduce los sesenta personajes del libro a dieciséis, que a su vez
son interpretados por once actores que intercambian papeles. La versión gana en
dinámica y claridad.
La otra gran novedad
de la obra teatral frente al libro es la introducción de la figura del
“historiador inglés”, personaje atemporal que unas veces explica el contexto
histórico y otras veces hace las funciones de las “notas a pie de página”.
La idea de introducir
este personaje, que sobre el papel parece buena (explicar puede significar
acercar al público), sin embargo, al
final, en mi opinión, no resulta tan convincente. Y eso que el personaje está
muy bien ejecutado por el actor inglés Richard Collins-Moore. Pero, sin llegar
a desmerecer, no creo que sea la aportación definitiva a una historia cargada
de sentimiento, religiosidad, valores, optimismo y excelente literatura.
Lo realmente
importante de Tomás Moro, una utopía,
es el hecho llevar al espectador, en forma de teatro, un texto que revela la
visión de Shakespeare sobre un santo católico. Algo realmente inédito, y que
ahora gracias al libro y a la versión teatral se convierte en una importante
fuente que nos acerca un poco más a la historia de los católicos que “vivieron”
bajo el reinado de Enrique VIII de Inglaterra.
La elección de José
Luis Patiño como actor encargado de representar a Tomás Moro es todo un
acierto. Patiño se mete en la piel de Moro desde la primera escena, y transmite
en clave teatral un personaje, alegre, ocurrente, bromista, a la par que
sólido, de potentes convicciones morales, religiosas y éticas. Un personaje que
no tiene dudas debido a su profunda fe, y al que la versión teatral cuida con
mimo y respeto, es deliciosamente interpretado por este actor, que se ha ganado
la felicitación del exigente público asiduo del Festival Internacional de
Teatro de Almagro.
No quiero acabar sin
dejar de referirme a la trigésimo sexta edición del Festival, y felicitarlo por
el acierto de programar este estreno mundial de Tomás Moro, una utopía. Una apuesta valiente por lo complejo de una
obra necesitada de un buen trabajo de dramatización teatral, con la dificultad
añadida de no contar con referencias
previas. Pero por otro lado, es cierto que un estreno de esta dimensión no se
comprendería bien si no se hubiera producido en el seno de un festival único en
el mundo, como lo es el de Almagro. Enhorabuena al Festival, a la Fundación
Universidad Internacional de la Rioja, a los traductores y a los actores.