jueves, 23 de enero de 2014

BARENBOIM EN CÁDIZ


Y tras la Séptima, no descansó

10º ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN BARENBOIM-SAID.
 ORQUESTA WEST-EASTERN DIVAN.
DIRECTOR: DANIEL BARENBOIM
Violín: Michael Barenboim. Viola: Yulia Deyneka
Programa:
W.A. Mozart: Sinfonía concertante para violín, viola y orquesta en Mmi bemol mayor, K 364/320d; L.V. Beethoven: Sinfonía nº 7 en la mayor
Gran Teatro Falla. 21.01.2014. Aforo completo.
Calificación *****



Jesús Sánchez-Ferragut
Según dice el Génesis, Dios, al séptimo día descansó. Y, entre otras muchas cosas, por culpa de eso Barenboim no es dios, porque según él mismo nos cuenta en una reciente entrevista, anda buscando desde hace mucho tiempo el octavo día de la semana para poder dedicarle más tiempo a su trabajo de director de orquesta.

Bueno, bromas aparte, lo anterior no es más que un juego de palabras introductorias, para contarles cómo de magistral fue la interpretación de la Séptima Sinfonía de Beethoven por parte de la West-Eastern Divan Orchestra. Y la verdad, tampoco importa mucho que Barenboim tenga o no la condición de divinidad, porque lo que sí es cierto, es que consigue llevar al público que le escucha al mismísimo séptimo cielo, cuando dirige a sus orquestas. Y si no, que se lo pregunten al respetable del Gran Teatro Falla de Cádiz, que fue musicalmente transportado a tan sublime lugar, mientras escuchaba la versión de Barenboim de esta exquisita sinfonía, obra del divino sordo.

Un público expectante, que agotó las entradas muchos días antes del concierto, llenó por completo el Gran Teatro Falla. Y es que se trata de la primera vez que la WED y su director se dejan ver por Cádiz tras los primeros diez años de existencia de la Fundación Barenboim-Said en Andalucía, lugar desde donde materializa hoy día sus diversos proyectos, entre los que se encuentran también los de ayudar a jóvenes músicos árabes, israelíes y españoles a encontrar un futuro profesional en orquestas de renombre.

Y como, sin duda fue lo mejor de la noche, les cuento primero lo de la séptima sinfonía, interpretación que quedará como histórica en el Teatro Falla. La obra, se estrenó hace doscientos años, y  es de las composiciones cumbre de Beethoven y de la Historia de la música. Su estética es inigualable, y su segundo movimiento archiconocido. Por ello, he de confesarles que acudí al concierto con un poco de prevención hacia la posible interpretación, por aquello de ser  la WED una orquesta joven, e integrada por músicos jóvenes. Pero nada más lejos de lo que ello a priori pudiera significar, sucedió, pues la versión de Barenboim fue sencillamente impresionante. Con una orquesta altamente motivada, dándolo todo, y con una dirección magistral, generando tensiones, haciendo pianos impresionantes, de vértigo. Daniel Barenboim transmite dramatismo, y es un verdadero líder de su orquesta. De una orquesta que está perfectamente empastada, rodada y que suena verdaderamente como una de las grandes. Estupenda interpretación de los metales. La versión duró 38 minutos.

Pero antes, de manera sorpresiva para todos los asistentes,  y a modo de presentación, al comienzo, la WED nos regaló, fuera de programa, la Obertura de Le nozze di Figaro de Mozart, que a mi modo de ver, no estaba del todo justificada, y que entre que resultó un poco apagada, y que cogió al público por sorpresa, terminó por dejar el ambiente un poco frío.

La sensación no duraría mucho, ya que inmediatamente Barenboim atacó la Sinfonía Concertante de Mozart, una pieza clave del clasicismo musical del s.XVIII, y de la que nos ofreció una versión exquisita, mimando a los solistas, que pudieron desplegar todo su virtuosismo, arropados por una orquesta mágica, alardeando del dominio de los pianos y de la concentración más absoluta. Sencillamente impresionante. Tanto Michael Barenboim como Yulia Deyneka transmitieron el mensaje musical de Mozart, haciendo que violín y viola cantaran las melodías del Andante y del Presto como si de verdaderas arias de ópera se tratara.

Barenboim, argentino, judío y español, el director que hace hoy por hoy la música clásica más divina, nos dejó con ganas de más. Ojalá no tarde otros  diez años en volver a Cádiz.



Publicado en Diario de Cádiz:
http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/1691660/y/tras/la/septima/no/descanso.html