Que el año 2014 se vaya depositando sobre nosotros como la sal de la vida, blanca, salina, gema, mineral y vital.
Granos de sal, reflejos de una esperanza renovada, tras un año de humo y tormentas en el corazón.
Montañas de buenos deseos, que se precipitan desde el cielo de nuestros anhelos.
Y que esperan, pacientes, complacientes, a ser repartidos, expedidos, libres de peso, francos de flete.
A toda la humanidad, sin demora, sin retraso, solo con un abrazo. |