Foto: FM |
LAS IDAS Y LAS VUELTAS, MADERAS NOBLES DE LO ESPAÑOL.
ARCÁNGEL Y ACCADEMIA DEL PIACERE
XI FESTIVAL DE MÚSICA
ESPAÑOLA DE CÁDIZ
Arcángel, cantaor;
Fahmi Alqhai, Dirección y Accademia del Piacere. Miguel A. Cortés, Guitarra
flamenca; Agustín Diassera, percusión.
Sala: Gran Teatro Falla.
Cádiz. 28.11.2013
Programa: Las idas y
las vueltas.
Jesús Sánchez-Ferragut
Vaya por delante que el concierto
de Arcángel y Accademia del Piacere que escuché el pasado jueves 28 en el Falla
me encantó. Y aunque intentaré describirlo lo mejor posible, sin duda para
entender bien qué significado tiene el título Las idas y las vueltas, bajo el que se presenta, no hay más remedio
que escucharlo a ser posible en directo.
El espectáculo planteado por
Arcángel y Accademia del Piacere no responde a una sesión de fusión de músicas
o corrientes musicales, y ni siquiera de estilos diferentes. Al menos es lo que
yo pienso. Me atrevería a decir que lo que nace cuando el cantaor y el grupo
barroco interpretan al unísono, es algo diferente, con sello propio. Un
espectáculo con autonomía suficiente como para reclamar sin complejos
paternidad: documento de identidad musical-cultural propio.
Sin entrar en polémicas de si con
Las idas y las vueltas se ha querido
atraer las miradas del público amante del barroco, a la par que a los del
flamenco, para sumar mercantilmente, como ha ocurrido, lamentablemente, en
algunos otros espectáculos, creo, sin dudas, que estamos en presencia del
nacimiento de una propuesta que, fruto de un gran trabajo preparatorio y de un
rodaje importante, se aleja definitivamente de cualquier apellido cercano a la
palabra fusión. Palabra ésta un tanto manida, por cierto. Sencillamente porque
no se fusionan cosas diferentes. No se hace una aleación de dos músicas con una
determinada proporción de cada una de ellas, sino que se adicionan complementariamente
dos músicas españolas, de raíces comunes y muy apegadas a lo que son y han sido
las tierras españolas, y a nuestras emociones. El resultado es sorprendente,
agradable, y de una rotundidad impactante. Arcángel, Academia del Piacere,
guitarra y percusión empastan y ofrecen un espectáculo muy redondo a través de Las idas y las vueltas.
Arcángel no solo no renuncia a su
extraordinaria forma de hacer flamenco, sino que gana un plus con el
espectáculo. Un cantaor como él, que canta por derecho, con una voz cercana a
la tesitura de tenor lírico-ligero, transparente, clara, timbrada y muy
hermosa, realmente es el idóneo para esta nueva propuesta musical. El cantaor
onubense, a quien he tenido la suerte de escuchar en varias ocasiones cantando
flamenco, transmite además el concepto de artista joven predispuesto a
emprender, sacando fruto a esa madera noble que posee, del cante de verdad.
Arcángel transmite admirablemente las letras de sus canciones y lo hace con voz
de plata, sin renunciar a ser cantaor por derecho. El corazón siente y el oído
entiende.
Fahmi Alqhai, sevillano de padres
sirio y palestina, es uno de los más destacados violagambistas españoles, y acompañado
de su mujer Johanna y de su hermano Rami,
junto al guitarrista Enrike
Solinís representan el concepto de Accademia del Piacere. Tres violas da gamba
y una guitarra barroca proyectan desde Sevilla uno de los movimientos
importantes del barroco español, a través de las maderas nobles de sus
instrumentos.
El proyecto Las idas y las vueltas cuenta con creaciones propias de Fahmi, así
como adaptaciones a los palos flamencos que se interpretan. Es impresionante
oír la fuerza que adquieren los temas del proyecto cuando todos los
instrumentos suenan al unísono, y resultan verdaderamente virtuosos los trinos
que arranca Fahmi de su viola da gamba baja, a la que hace cantar a la par que
Arcángel. Solo una incógnita me queda de la propuesta, y es la de saber cómo
sonaría el proyecto con alguna viola soprano o tenor.
No quiero acabar, sin referirme
al extraordinario trabajo del guitarrista flamenco Miguel Ángel Cortés y del
percusionista Agustín Diassera, sin cuya labor el aporte flamenco al proyecto
sería imposible. Es admirable verlos tocar en conjunción con músicos de
conservatorio y rigurosa partitura, dando la sensación de la naturalidad e
improvisación típicas de un espectáculo flamenco. Sin embargo, me consta que
detrás del espectáculo lo que realmente hay es mucho trabajo y mucho rodaje.
Las idas y las vueltas, es un espectáculo totalmente recomendable,
y sin duda un acierto de la organización del XI Festival el habernos
posibilitado disfrutar de él.
Publicado en Diario Bahia de Cádiz: