sábado, 21 de enero de 2012

RIGOLETTO. TEATRO VILLAMARTA DE JEREZ 19.01.2012







 
ISMAEL JORDI AFIANZA SU PAPEL DE BELCANTISTA EN EL TEATRO VILLAMARTA.



CRÍTICA DE “RIGOLETTO”. TEATRO VILLAMARTA DE JEREZ. 19.01.2012



Sala: Teatro Villamarta Jerez.
Obra: “RIGOLETTO”. Opera en tres actos de Giuseppe Verdi.
Libreto de Francesco María Piave, basado en el drama de Víctor Hugo Le roi s’amuse.
Reparto:
Rigoletto: LUIS CANSINO
Gilda: SABINA PUÉRTOLAS.
Duque de Mantua: ISMAEL JORDI.
Sparafucile: RUBÉN AMORETTI.
Conde Monterone: FEDERICO GALLAR.
Marullo: DAVID LAGARES.
Conde de Ceprano: Hilario Abad.
Borsa: J M PÉREZ MADUEÑO.
Condesa de Ceprano: Inma Salmoral.
Giovanna: Julia Arellano.
Paje: Erreguiñe Arrotza.
ORQUESTA LÍRICA DEL SUR. Director: Carlos aragón.
Coro del Teatro Villamaría. Director: JM Pérez Madueño.
Dirección de escena: Francisco López; Escenografía y figurines: Jesús Ruiz; Coreografía: Belén Fernández.



Jesús Sánchez-Ferragut

Hace aproximadamente cinco años, no se hablaba de la crisis, o por decirlo más correctamente, sólo algunos se atrevían a decir la que se avecinaba. Y hace cinco años, a finales del 2006 concretamente, el reestreno de la versión villamartina de Rigoletto, lució un lleno absoluto en el coliseo jerezano, lo cual no ocurrió el pasado jueves 19, pese a haber registrado una excelente entrada. Además, en esta ocasión el frío de la noche se coló inevitablemente por el hall del teatro, haciendo que los aplausos no sonaran ni tan cálidos ni tan numerosos como hace cinco años.

En mi caso particular, el interés por asistir a la reposición de este Rigoletto, estuvo motivado fundamentalmente por seguir la evolución del tenor jerezano Ismael Jordi, un lustro más tarde, con la misma producción, en el mismo sitio, y a la misma hora.

Y tengo que decir en honor a la verdad, que Jordi se va afianzando en su papel belcantista. En lo canoro estuvo muy bien, de menos a más, y sin ningún pero que objetarle. Su voz de timbre claro, demuestra seguridad, siendo además muy agradable, y manteniendo la estupenda dicción que siempre, desde el comienzo, demostró poseer. Sus cualidades dramáticas también van en alza, y se nota que, al menos en esta versión, se desenvuelve más correctamente en el escenario.

Con un Jordi –Duque de Mantua- afianzado en su papel, la representación del pasado jueves experimentó una notable mejoría también con la incorporación al elenco del barítono Luis Cansino, que hizo un trabajo realmente merecedor de la recompensa del público. Su papel, el del bufón Rigoletto, es sin duda el más complejo de la representación, ya que necesita de varios registros interpretativos y canoros. Luis Cansino supo transmitir al público jerezano el drama de la vida de un bufón palaciego que a su vez posee una vida privada conmovedora, y que fruto de la “Maledicione” cae en el más profundo de los desastres personales, acabando con su vida y la de su única familia, su hija Gilda. Cansino supo afrontar el reto de ser la base de toda la representación, sin defraudar en ningún momento, tanto en las diversas arias, como en los dúos y cuartetos. Muy bien.

Sabina Puértolas, ya conocida del Villamarta por su representación del papel de Mariel en “La fille du régiment”, encarnó en esta ocasión el papel de Gilda, la hija secreta de Rigoletto. Sabina, supo darle la ternura y la belleza al papel de quien se convierte en el objeto del oscuro deseo y bajas pasiones del Duque y a la vez el tesoro mejor guardado del bufón Rigoletto. Su capacidad dramática estuvo a la altura de la representación, y en lo canoro, su elegante voz de soprano lírica dejó un excelente sabor de boca a los asistentes a la representación del pasado jueves.

También estuvieron muy correctos el bajo Rubén Amoretti en el papel del sicario Sparafucille y la mezzosoprano Marina Pardo en el de Maddalena.

La orquesta Lírica del Sur solo alcanzó a tener una actuación discreta, si bien es cierto que la acústica del Villamarta depara en ocasiones sorpresas acústicas, dependiendo de dónde se sitúe uno. El coro, sigue siendo uno de los asuntos pendientes, e irresolutos, del Teatro Villamarta, en la búsqueda de ser realmente la sala lírica del Sur.

En lo que se refiere a la escena, no diré nada nuevo de lo dicho hace cinco años: Sobresaliente en los recursos de decorados y efectos escénicos (aunque la iluminación tuvo sus fallos), pero la chance de establecer sobre la escena una comparativa entre el S. XVI y el S. XX, introduciendo en la trama a un grupo de camisas negras, e incluso vistiendo al Duque de Mantua de fascista, no hace a la postre sino que la representación pierda en riqueza de vestuario, fidelidad hacia el libreto, e incluso se ha podido comprobar que en el transcurso de tan solo cinco años ha quedado desfasada la idea, careciendo la idea aún de menos significado, ahora que entonces.

Sin embargo, en lo fundamental, la versión de Rigoletto mereció la pena, y sobre todo poder ver la consolidación de Ismael Jordi y la acertada incorporación de Luis Cansino a un nuevo reparto de cantantes.


Publicado en Diario Bahía de Cádiz: