martes, 23 de diciembre de 2008

JESUCRISTO SUPERSTAR. Gran Teatro Falla. Cádiz.


La nueva versión española de ‘Jesuscristo Superstar’, de gira en Cádiz, atenúa las estridencias del rock de los 70 y se olvida del movimiento hippie

Todas las entradas vendidas semanas antes, para siete funciones en cuatro días, desde el pasado jueves 11 al domingo 14 en el Teatro Falla. Cádiz se vuelca con el mítico musical, el ‘Jesús Christ Superstar’ de Andrew Lloyd Weber, su opera prima en Broadway, y probablemente el musical más representado de todos los tiempos, con una música conocida en todos los rincones de la Tierra. La versión en gira, corresponde a la que se representó durante un año y con gran éxito en Madrid. Lo mejor: la puesta en escena.

XUXA CILEA (Cádiz). 14-12-2008

Sala: Gran Teatro Falla

Jesuscristo Superstar. Gira Española

Stephen Rayne: Director
Andrews Edwards: Escenografía.
Ángel Rodríguez: Coreografía.
Renata Schussheim: Vestuario.

Reparto:

Jerónimo Rauch : Jesucristo.
Lorena Calero: María Magdalena.
Luis Amando: Judas / Simón
Enrique Sequero: Pilatos
Abel García: Caifás
Jorge Ahijado: Anás
Ricardo Pérez: Herodes
Abel Rodríguez: Pedro.
Producción Stage Entertaiment.


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Todas las entradas vendidas semanas antes. Cádiz se vuelca con el mítico musical, el ‘Jesús Christ Superstar’ de Andrew Lloyd Weber, su opera prima en Broadway, y probablemente el musical más representado de todos los tiempos, con una música conocida en todos los rincones de la Tierra.

La versión en gira, corresponde a la que se representó durante un año y con gran éxito en Madrid en el Lope de Vega. La puesta en escena en Cádiz ha sido impecable, quizá sólo con los únicos inconvenientes de que, desde las filas del paraíso no se aprecia la representación totalmente pues, como en la mayoría de los musicales, los escenógrafos juegan con todos los niveles posibles de la escena, aprovechando las alturas, dando verdadero volumen a la obra a poner en escena. Inconvenientes de los teatros con encanto y solera, como lo es el Falla...

Si hablamos de la obra en sí, tanto la que se representó en Madrid, como ésta, que gracias a la gira ha venido a Cádiz, el espectador se encuentra con una versión muy diferente de la original de Broadway de 1971 (estrenada en el Hellinger Theater de Nueva York), y de la repuesta en el Lyceum Theater de Londres en 1996.

Muchas cosas cambian, aunque lo esencial, la base está ahí, y no podría ser de otra manera. Me refiero a la historia en sí: La visión de Weber y del autor de la letra Tim Rice, que concibieron la acción de los últimos siete días de la vida de Jesucristo en un entorno roquero y con pinceladas de lo que en los 70 era la problemática social, unido al movimiento Hippie.

¿Qué es lo que cambia entonces? Pues cambian los énfasis. Como si de la grabación de un disco en estudio se tratara, el director actual, Stephen Rayne, ha hecho una nueva mezcla de los ingredientes: Ha resaltado en esta nueva versión la figura de Jesucristo, frente al coprotagonismo que en la versión originaria tuviera el papel de Judas. María Magdalena también cae en esta versión, sobre todo musicalmente hablando, ya que la revisión de la partitura no consigue darle la coloratura y brillantez que tuvo el papel original (sobre todo cantada por Yvonne Elimann). El papel de los religiosos judíos, se eleva a la categoría de verdadero cuarteto operístico, ganando en expresividad. En general, la actualización y revisión musical, así como la interpretación de la partitura se hace dándole un giro hacia la suavidad, consiguiendo una versión “más redondita”, aportando instrumentación más cálida, más fácil de escuchar, huyendo de la estridencia y de la distorsión características de la versión original. Qué duda cabe de que estamos en otros tiempos, trentaitantos años después de la primera representación, los nietos de los que escuchaban el vinilo original siguen viendo el musical ‘Jesucristo Superstar’. Eso sí, en otra versión revisada según lo actual, triunfitos de OT incluidos.

Lo mejor de la nueva versión en representación: La puesta en escena. Impresionante la utilización de la luz como elemento del decorado, que hace maravillas. El resto de la escena, que consigue dar un verdadero aire renacentista posmoderno a la obra, donde se juega con columnas dóricas a los lados del escenario, junto con muros de hormigón al fondo del mismo. Yo tuve la suerte de poder asistir a la reposición del musical en Londres, en 1997 (la de 1971, por razones de edad quedó fuera de mi alcance), y ahora vista esta nueva versión de 2008, sólo puedo decir que... me quedo con las dos.