Foto: J.S-F |
LA RELECTURA, CON CANDILEJAS, DE UN FESTIVAL
XII FESTIVAL DE
MÚSICA ESPAÑOLA DE CÁDIZ
BALLET FLAMENCO DE ANDALUCÍA
Sala: Gran Teatro Falla.
Cádiz. 25.11.2014
Programa: En la
memoria del cante. 1922.
Aforo: Tres cuartos
de aforo
Jesús Sánchez-Ferragut
Una noche entretenida de
flamenco, a la luz de las candilejas del Falla, y con la escenificación del
Ballet Flamenco de Andalucía.
La propuesta no deja de ser
curiosa, ya que nos transmite a través del baile, una visión de lo que debió
ser el concurso de cante flamenco que se celebró en Granada en 1922, en
concreto en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra. La historia narra uno de
los puntos de inflexión del flamenco en el s. XX, y en el que tomaron partido
nada menos que figuras como Manuel de Falla, Zuloaga, o García Lorca.
Unos días después de celebrarse
el concurso, Federico García Sanchíz, cronista de la época, escribió para la
revista Nuevo Mundo de Madrid, lo siguiente:
“Enorme el éxito de taquilla. Ni una localidad desocupada. Y era un
público disciplinado y culto, y en el que dominaban las mujeres, muchas
vistiendo trajes de 1.830, y otras con pañolones antiguos, y todas con esa
gallardía que es el privilegio de las granadinas. Con los abanicos, rumoreaba y
aleteaba la multitud, a no ser que de pronto una copla con su emoción los
paralizase, como el alfiler del entomólogo inmoviliza las mariposas”.
Foto de la reunión del concurso de 1922. Foto: Internet |
He transcrito la parte final de
su crónica, pues me parece interesante lo que apunta: La intelectualidad de la
época comienza a tomar partido decidido por el Flamenco. En Cádiz, poco más
tarde, ese apoyo encontraría en La Argentinita la primera gran aliada en la
difusión en el extranjero del flamenco, después de triunfar con su espectáculo
“El café de Chinitas” en 1933, en un Gran Teatro Falla, que contaría con la
presencia de García Lorca como espectador.
La obra que nos ha traído
ahora al Falla el Ballet Flamenco de Andalucía, evoca en doce cuadros algunos
de los cantes recuperados en ese concurso de 1922, mezclando para ello algunas
grabaciones de la época, con el cante y el toque en directo.
La intención, sin duda
interesante y digna de encomio, sin embargo, no transmite, en mi opinión lo que
realmente fue el Festival, salvo el momento anecdótico de la tormenta y
aguacero que parece ser cayeron de repente en Granada, como no podía ser de
otra manera tratándose de un martes y trece…
Foto: J.S-F |
Foto: J.S-F |
En mi opinión, los momentos
estelares, y algunos de ellos memorables, fueron, el cuadro de la saeta,
homenaje a la Niña de los Peines, el cuadro de la Zambra, y el ya mencionado de
las cantiñas. Me resultó un poco largo el cuadro reservado a homenajear a quien
entonces era un novel cantaor, Manolo Caracol. Cuadro basado en sus famosas
tonás.
El Ballet Flamenco de Andalucía
nos trajo un excelente trabajo de flamenco puro, con tintes de actualidad en el
baile, pero al que le faltó expresividad en el relato de lo que fue el Festival
de 1922. Detalles como la recreación de los decorados de Zuloaga podrían haber
tenido mejor realización, y el aspecto reivindicativo del espectáculo no llega
a buen puerto en un momento histórico como el actual, en el que el Flamenco ha
conseguido la categoría de Patrimonio de la Humanidad, habiendo puesto muy alto
el listón de la calidad, en todos los sentidos.