miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA PÉRFIDA ALBIÓN DEL S. XXI

LA PÉRFIDA ALBIÓN DEL S. XXI


    Sigo, con relativo interés, el proceso electoral que la Pérfida Albión se ha marcado para averiguar de una vez por todas, eso de que si los escoceses son tan independientes como pregonan, y de paso, digo yo, desmitificar lo de que debajo de las faldas no llevan “underwear”.

Y digo con relativo interés, porque mis genes históricos, es decir, aquellos que se inquietan cuando se les interacciona con sentimientos patrios de etapas pretéritas, me dan pellizcos de atención, los cuales hacen que, de alguna manera, las noticias actuales las vea con algo de perspectiva, si quiera sea histórica.

Me explico: Si me pongo en la cabeza la corona de estrellas con fondo azul, enseña que enarbolamos hoy día millones de europeos, me siento conciliador y acabo diciendo que la unión hace la fuerza, ¡y el mercado! Que con excepciones del tamaño de Escocia no se avanzaría de igual manera hacia una verdadera Unión Europea en lo político, que, al parecer, es lo que le falta a la actual versión de la UE para ser una verdadera UE. Enfin, seguro que me entienden…

Si tomo con mi mano la Constitución Española del 78, mi intelecto razona, curiosamente, bajo los influjos del Derecho Comparado. Verán ustedes, se me ocurre pensar eso de que “mutatis mutandis”…Es decir, si los ingleses dan la independencia a los escoceses, por comparativa, al cuarto de hora aquí tenemos a los catalanes diciendo que ellos debajo de la barretina tampoco llevan “underwear”…Un lío, y además un lío constitucional, ya que según nos cuentan, la consulta catalana sería ilegal e inconstitucional. Y estoy de acuerdo con ello, como jurista.

Pero por último, si me decido a poner en la mochila los cientos de miles de legajos certificadores de las historias, guerras y batallas habidas a lo largo de siglos y siglos entre las Españas y la Pérfida Albión, la cosa varía. Y cambia, sencillamente, porque si me meto en la piel de gentes y héroes, como Churuca, Gravina, Alcalá Galiano, Blas de Lezo, etc., pienso que sus sentidos estarían expectantes ante tamaña debilidad que supondría para Inglaterra el que se deshiciera su unidad, a partir del momento en que Escocia decida tomar su propio rumbo. Imagino a Don Alonso Pérez de Guzmán y Sotomayor, XII Señor de Sanlúcar, X Conde de Niebla, VII Duque de Medina Sidonia y V Marqués de Cazaza, organizando una nueva Gran Armada, esta vez de verdad Invencible, presta a poner la esnseña de la Mar Océana en lo alto de los edificios más notables de Portsmouth y Plymouth…


Espero que ahora hayan podido comprobar porqué esto de la votación de la independencia de los escoceses he decidido tomármelo con un relativo interés, ya que es fácil adivinar lo complicado que podría llegar a ser para mí la cuestión, si me pongo a pensar y analizar en serio en todo lo que en estas frases les he contado.