AINHOA,
ENTRAÑABLEMENTE CERCA DE SAN FERNANDO
RECITAL.
Actos de Conmemoración del Bicentenario de la Ciudad de San Fernando.
Organiza:
Excmo. Ayuntamiento de San Fernando. Patrocina: Endesa gas T&D
Ainhoa
Arteta, soprano; Marco Evangelisti, Piano
Programa:
C. Monteverdi: Io la Musica son…; A.Vivaldi: Sposa son..; D. Scarlatti: Sonata
K11; Mozart: Ave verum corpus; C. Frank: Panis angelicus; F. Mompou: Cantar del
alma; C. Debussy: Prélude nº 8; C. Guastavina: La rosa y el sauce; E. Granados:
La maja de Goya/ El majo tímido/El majo discreto; J. Turina: Los dos miedos
cantares.
Fecha: 16.11.2013. Lugar: Iglesia
Conventual del Carmen. San Fernando. Aforo: Completo
Calificación: *****
Jesús Sánchez-Ferragut
De la Ópera de San Francisco, a Tokio y el mes que
viene en el Teatro Maestranza de Sevilla, donde estrenará Manon Lescaut de
Puccini, Ainhoa Arteta pasa por uno de los mejores momentos de su carrera
profesional.
Cuando me enteré que venía Arteta a San Fernando,
quizá por los éxitos cosechados últimamente, o por ser el centenario, pensé que
veríamos un recital de obras de Verdi, sin embargo, esa fue la primera sorpresa
del recital, aunque no la única. Ya les cuento.
Vaya por delante, el decirles que disfruto con los
programas que te hacen reflexionar. Y eso es lo que trajo Ainhoa junto con el
pianista Marco Evangelisti: Un programa estructurado, trabajado y además,
agradable, que recorrió una gran parte de la historia del canto.
L’Orfeo,
favola in música, de Claudio Monteverdi, es considerado por muchos
musicólogos el origen de la Ópera, según las estructuras actuales del género. Fue
compuesto en 1607, y Ainhoa eligió para comenzar, un aria de su Prólogo: “Io la
Musica son ch’ai dolci accenti”, donde La Música se personifica para explicar el
texto y presentar a los personajes. La versión de Arteta, estupenda.
Un siglo más tarde, en 1735, Vivaldi compondría Bajazet, una de sus más de cuarenta
óperas. Esta estupenda obra, que aún se representa, tiene una preciosa aria en
su acto segundo: Sposa son disprezzata, que
Ainhoa interpretó en segundo lugar.
La tercera obra elegida por la soprano, el Ave María de Giulio Caccini, compositor
nacido en el s.XVI, es todo un reto para cualquier cantante lírica, y me confirmó
la segunda y muy agradable sorpresa de la noche, al comprobar en directo que Ainhoa
está en uno de sus mejores momentos musicales. Muy centrada en el rol de
soprano lírica, y con una voz mucho más redonda que cuando tuve la ocasión de
verla en el Teatro de las Cortes en 2004 y en 2008. Su voz se ha anchado, y sin
perder su característica potencia vocal, se ha hecho con los registros medios
de una manera más que notable, a la vez que convence en las notas más bajas de
la partitura. Creo que en esto coincido con algunos de los que la han podido
ver a lo largo de 2013.
La parte del recital dedicado a la música barroca y
antigua acabó con la sonata K 11 de Domenico Scarlatti, interpretada
correctamente por Evangelisti, aunque en una versión que a mí me pareció un
poco más rápida de lo habitual.
La parte central del Programa estuvo dedicada a
Mozart, Franck y Mompou. Del primero, su Ave
verum corpus, y del segundo el Panis
Angelicus, me hubiera encantado que Ainhoa las hubiera podido cantar con el
acompañamiento del órgano de la Iglesia del Carmen, pues la ocasión y el
incomparable marco lo merecían, pero es evidente que hay cosas que no se pueden
realizar, por mucho que uno lo desee, aunque quien sabe si en otra ocasión…
Especialmente emocionante fue la interpretación del
Cantar del alma de Federico Mompou,
con letra de San Juan de la Cruz, porque, en frase de Ainhoa, el alma nunca muere y esta canción está
dedicada al querer del alma, un amor inmortal. Brava Ainhoa, que supo crear
un ambiente de recogimiento y meditación, a través de la maravillosa música de
Mompou.
Por último, la parte final del recital estuvo de
dicada a lo hispano, a través de Guastavino Granados y Turina. Desde el primer
fraseo de “La rosa y el sauce”, obra
del argentino Carlos Guastavino (autor de la famosa canción Se equivocó la paloma, con letra de
Alberti), Ainhoa desplegó toda su capacidad dramática y puso al cien por cien
su potencia vocal. La gracia, el desparpajo y la simpatía vinieron luego, de la
mano de Granados y Turina, y Ainhoa tuvo un entrañable detalle al dedicar la
obra de Turina a San Fernando, como Cuna
de Camarón.
De propina, al finalizar, un clásico donde los
haya: O mio Babbino caro de Gianni Schicchi
de Puccini.
La Iglesia Conventual del Carmen y la realización
de recital fueron también agradables sorpresas:
Un marco incomparable, donde se cuidaron los detalles, incluido el
extraordinario piano Steinway & sons gran cola traído ex profeso para la
ocasión. El público asistente, que abarrotó el templo, disfrutó de un concierto
realmente a la altura de la celebración de un Bicentenario.
PUBLICADO EN DIARIO DE CÁDIZ:
http://www.diariodecadiz.es/article/sanfernando/1648381/ainhoa/entranablemente/cerca/san/fernando.html