UNA IMPECABLE Y EXCELENTE PRODUCCIÓN DE RIGOLETTO.
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Foto: Teatro de la Maestranza |
Sala: Teatro de la
Maestranza. Sevilla. Del 19 al 29 de junio de 2013
Obra: “RIGOLETTO”.
Opera en tres actos de Giuseppe Verdi.
Libreto de Francesco
María Piave, basado en el drama de Víctor Hugo Le roi s’amuse.
Producción del Teatro
Regio de Parma.
Reparto:
Duque de Mantua: ISMAEL JORDI. Rigoletto:
JUAN JESÚS RODRÍGUEZ. Gilda: MARIOLA CANTARERO. Saparafucile: DIMITRY ULYANOV. Maddalena:
MARÍA JOSÉ MONTIEL. Giovanna: ANA OTXOA. Conde Monterone: MIGUEL ANGEL ARIAS. Marullo:
FERNANDO LATORRE. Conde de Ceprano: DAMIÁN DEL CASTILLO. Borsa: MANUEL DE DIEGO.
Condesa de Ceprano: EVA ALÉN. Paje: LEONOR BONILLA. Ujier: DAVID LAGARES
REAL ORQUESTA SINFÓNICA DE SEVILLA.
Director: PEDRO HALFFTER. Coro de
la AA. DEL TEATRO DE LA MAESTRANZA. Director: IÑIGO SAMPIL. Dirección de
escena: STEFANO VIZIOLI; Escenografía y vestuario: PIERLUIGI SAMARITANI/
ALESSANDRO CIAMMARUGHI.
Jesús Sánchez-Ferragut
Rigoletto, el nombre que da
título a una de las óperas más representadas y conocidas de la historia, también
es el resultado de la gran evolución que supuso Verdi en la escena operística
mundial. Y que nunca hubiera llegado a término de no ser por el empecinamiento
del compositor en hacer una ópera basada en la obra de Víctor Hugo, “Le roi
s’amuse”, crítica social de los excesos de una monarquía que sancionaba con una
mano los códigos de honor y conducta caballeresca, mientras que con la otra
llevaba a cabo las mayores tropelías y abusos para con el pueblo.
El libreto que tuvo la fortuna de
ver definitivamente la luz y de convertirse en la parte dramática de la genial
música de Verdi, pone en escena una serie de elementos, muchos de ellos
novedosos en la época, irresistibles para el gran público, y premonitorios de
un gran éxito que perduran intactos hasta nuestros días.
Sobre el populoso anzuelo de la
“Maledizione”, el espectador ve girar en la escena a un duque de Mantua, que
sin escrúpulos, se vanagloria de sucumbir a las pasiones sexuales, aunque éstas
solo sean, en parte, una demostración de su poder absoluto sobre los súbditos.
Y junto al duque, toda su corte de intrigantes y despiadados personajes, de los
cuales forma parte Rigoletto, el bufón y jorobado palaciego.
Pero junto a todos ellos, y
también girando sobre la maledizione, se presentan como actores elípticos, una
serie de valores, también ingredientes esenciales del éxito: La transformación
de Rigoletto de vilipendiador en vilipendiado; La dulzura, el amor e inocencia
de Gilda, su hija; y los conceptos del honor y la justicia medievales,
genialmente actualizados, dando entrada a pensamientos allende lo religioso y a
soluciones que abarcan incluso a un posible destino predeterminado del hombre.
El estreno del primer reparto, al
que asistí, contó con la participación del tenor jerezano Ismael Jordi, buen
conocedor del papel del duque de Mantua, y junto a él, dos andaluces más: La
soprano granadina Mariola Cantarero en el papel de Gilda y el barítono onubense
Juan Jesús Rodríguez en el complicado papel de Rigoletto.
Ismael Jordi tuvo una excelente
noche, demostrando su gran evolución, no solamente en lo canoro, sino en su
faceta como actor. El físico le acompaña, y cada día denota mayor soltura
escénica en el personaje. Abrió al público sevillano, con decisión, sus
conocidas cualidades de tenor belcantista, su voz clara y su excelente dicción,
manteniéndolas en un alto y constante nivel, que el respetable supo agradecer.
Bravo.
Mariola Cantarero estuvo sólida,
en un papel que necesita trasmitir la parte inocente, el amor verdadero, la
dulzura y la ingenuidad, en una obra donde el dramatismo está centrado sobre
todo en los personajes masculinos. Lo que se espera del personaje de Gilda,
Mariola lo hace con sobresaliente: sus cualidades canoras son indiscutibles.
Brava.
El papel más complejo de la
representación, recayó en Juan Jesús Rodríguez, ya que encarnar a Rigoletto
exige diversos registros interpretativos y canoros. Sin embargo, la
intervención del barítono onubense le dio a la representación seguridad y
rotundidad. Sus dos momentos, absolutamente estelares: las escenas tercera y
cuarta del segundo acto, y la escena final fueron sin duda, dos de los pilares
del éxito del estreno sevillano de esta producción del Teatro Regio di Parma.
Bravo.
Junto a ellos, y sinónimo de una
excelente representación dramática, la mezzosoprano madrileña, María José
Montiel en el papel de Maddalena. Excelente el cuarteto del tercer acto.
También a la altura de la
representación, el bajo Dimitry Ulyanov, en el papel de Sparafucile.
Si el elemco fue excelente, la
puesta en escena fue espectacular. Respetando al milímetro el libreto, y
escrupulosa hasta el último detalle, aportó soluciones escénicas inteligentes,
utilizando los mejores recursos, como por ejemplo el encuentro de Rigoletto con
Sparafucile en el primer acto, o la transformación del escenario para el rapto
de Gilda. El juego constante con diferentes alturas en el escenario, todo un
acierto.
El vestuario, impecable,
empezando por el coro, y acabando por el duque y Rigoletto.
El coro de la AA del Teatro de la
Maestranza muy bien, incluso en sus intervenciones “a boca chiusa”.
La ROSS, con Halffter a la
batuta, estuvo a la altura, comedida, y dando su sitio a cada uno de los
personajes, conduciendo y enfatizando.
Un excelente fin de temporada,
con una de las óperas más populares, pero con una producción excelente e
impecable. Esperemos sea el anuncio de una nueva excelente temporada 2013-2014.
Seguro que sí.
Publicado en Diario Bahía de Cádiz: