MARÍA BAYO. Soprano.
Por : Jesús Sánchez-Ferragut
María BAYO. Soprano.
Maciej Pikulski, piano.
Programa: Selección de lieder de W. A. Mozart; Obras de I. Albénz (conmemoración del centenario de su muerte); Cinco canciones playeras de O. Esplá; Tres canciones de E. Toldrá; Cinco canciones negras de X. Montsalvatge.
Lugar: Gran Teatro Falla. Día: 4 de abril. Asistencia: Aforo al 50%.
Calificación: *****
MARÍA BAYO: SENCILLAMENTE, DULCE Y MARAVILLOSA
Es realmente difícil condensar en pocas palabras lo mejor de María Bayo, por la sencilla razón de que son muchas las cualidades de esta entrañable soprano navarra.
Cuando asistes a uno de sus conciertos, no sabes bien qué ocurre, pero lo cierto es que enseguida estás cautivado y no te paras a analizar el porqué. Intentaré explicárselo a ustedes, ya que no es la primera vez que asisto a un recital suyo (tuve la gran suerte de verla también en el Real Teatro de las Cortes de San Fernando, hace exactamente cinco años). Una de las razones importantes, es el directo que tiene María, que simplemente es impresionante, y eso que el Gran Teatro Falla no es el más idóneo de los auditorios para este tipo de recitales, pues el sonido tiende quizá a ser un poco seco, no dejando lugar a toda la brillantez de la cantante.
María llega al público de manera inmediata. Su sencillez, simpatía y la amabilidad de su rostro, ponen un marco que hace que el espectador se sienta como en casa. Junto a eso, Bayo posee una formidable técnica, y tiene una voz, agradable y bonita como pocas. Además, su dicción es modélica, de las mejores, tanto en español como en francés.
En esta ocasión, María Bayo vino acompañada del pianista Maciej Pikulski, de origen polaco, licenciado por el Conservatorio Superior de Música de París, y con un excelente currículo internacional, que incluye el haber sido pianista exclusivo del barítono José Van Dam.
El concierto comenzó con una selección de 9 lieder de W.A. Mozart, cantados en alemán, francés e italiano, donde María dejó claro la que ya les anuncié que es una de sus grandes virtudes: Una extraordinaria dicción. Era el prefacio de lo que sería una de las notas básicas el resto del concierto: Un verdadero homenaje a la música culta. Junto a ello, la otra nota dominante del programa: Un importante trabajo de recuperación y difusión de temas y autores españoles.
María escogió tres temas de Isaac Albéniz, como homenaje en el centenario de su fallecimiento (18 de mayo de 1909). El genial músico de Camprodón, tiene en común con María Bayo, el haber nacido en España, y haber vivido en Francia. Las tres obras de Albéniz fueron, para mí, lo mejor de la noche: “Chanson de la Barberine” (Alfred de Musset); “Tristesse” (Pierre Loti); Il est en de L’amour (Marqués de Costa de Beauregard). Una apuesta valiente de Bayo, pues las piezas las ha traído a Cádiz recién incorporadas a su repertorio, aunque sin duda todo un acierto, además porque su estructura musical es exquisita, a lo que sacó todo su jugo con el piano Maciej Pikulski. Brava y Bravo.
Importante trabajo también el de María al interpretar las “Cinco canciones playeras” de Oscar Esplá, con letras de Rafael Alberti, sin duda un homenaje a Cádiz.
De Eduard Toldrá, interpretó tres canciones del ciclo de “Seis canciones”, con letras de Pablo de Jérica, Lope de Vega y Garcilaso de la Vega. De verdad, todo un lujo.
El programa oficial finalizó con la interpretación de las “Cinco canciones negras” de Xavier Montsalvatge, con la exquisitez interpretativa que acostumbra María a cantarlas: Puro ritmo, dicción y carácter.
El primero de los “bises” que nos regaló fue “Los ojillos negros” de M. de Falla, en homenaje al compositor gaditano. Y para los que se quedaron con las ganas de saber los nombres de las dos últimas propinas, ahí van: La romanza “Yo soy Cecilia Valdés” de la zarzuela cubana “Cecilia Valdés” de Gonzalo Roig (1890-1970). Y “Les filles de Cádix” (Las hijas de Cádiz), un bolero de Léo Delibes (1836-1891), al que María acompañó con movimiento y ritmo, para deleite del público, que la despidió puesto en pié, con una gran y merecidísima ovación.
Publicado en: DIARIO DE CÁDIZ 06.04.2009